El Confidencial informa hoy de una reunión el pasado día 29 de abril entre la ministra Sinde y los representantes de tres de los principales grupos de prensa españoles: Prisa, Unidad Editorial y Vocento. Los detalles los ha comentado ya Javier. Creo relevante, en cualquier caso, darle un par de vueltas a lo que pretende cada uno.
La ministra pretende que las grandes empresas de medios tradicionales se alineen sin fisuras con la postura sobre propiedad intelectual que sostiene el ministerio al dictado de la Coalición. Dicho de otra forma, ¿qué es eso de que periódicos serios publiquen artículos a favor de las descargas en internet o defendiendo la limitación del periodo de vigencia de los derechos de explotación de obras? Sólo les faltó decir ¿Es que no sabemos de qué lado estamos? ¿Es que no sabemos lo que nos jugamos? Creo que este tipo de comentarios dejan bien a las claras cual es la función que la ministra piensa que debe cumplir la prensa.
A cambio, la ministra insinuó que, aunque ahora no sea posible, más adelante, cuando se reforme la Ley de Propiedad Intelectual, ya veremos como colamos las reclamaciones de la AEDE. A saber, que Google empiece a apoquinar. A las operadoras y a los creadores de contenidos. Que es lo que los editores iban a reclamar. Esta teoría de hacer pagar la fiesta a Google llevan tiempo aireándola diversos damnificados por internet. Sigue aquel gran principio económico que dice que los que innoven, arriesguen, descubran modelos de negocio nuevo, generen actividad y tengan éxito deben pagar parte de sus beneficios a los que no arriesgan, no innovan y entorpecen el desarrollo. Vamos, esto se estudia en todas las escuelas de negocio.
Pero pongamos que se lleva a la práctica. Pongamos que, efectivamente, el gobierno se las ingenia para poner una tasa a Google. Suponiendo que Google en ese supuesto no opte por cerrar en España y atender el mercado español desde Argentina o México, que ya es suponer. ¿De cuánto dinero estamos hablando? Según el estudio de inversión publicitaria online de IAB, el total del mercado en 2009 fue de 654 millones de euros. De los cuales algo más de la mitad son enlaces patrocinados, osea, Google. Pongamos que son unos 350 millones de euros. Pongamos más bien que la IAB no acierta y que, en realidad, los ingresos de Google en España son mucho mayores, 1.000 millones por usar números redondos. ¿Qué parte de esa cifra de negocio les incautamos? Mirando los cánones que se han puesto a televisiones y operadoras con la historia de la ausencia de publicidad en TVE, un 1% se me antoja plausible. Estamos entonces hablando, en el mejor de los casos, de 10 millones de euros. Alguno dirá que Google también actúa en otros mercados de lengua española. Pero permítanme que lo ignore. No me imagino a Vocento, Unidad Editorial o Prisa convenciendo al gobierno argentino para aplicar allí el mismo régimen.
Todo esto, a repartir. Por un lado entre operadoras y generadores de contenidos. Pongamos que 5 millones para los operadores a repartir, y 5 para los generadores de contenidos a repartir. Lo de repartir 5 millones entre operadoras es de risa, no mueve ni una coma en sus resultados. Pero lo de repartir 5 millones de euros entre los generadores de contenidos es ya de traca. ¿Cómo se hace el reparto? ¿En función de qué criterio? ¿Por páginas vistas? ¿Por usuarios únicos? ¿Según Nielsen? ¿Según Comscore? De eso ¿cuánto le tocaría a cada uno de los tres presentes en la reunión? ¿Y a Weblogs SL, nos tocaría algo? ¿Y al blogger de a pie que genera contenidos día sí y día también?
Ah espera, que la cosa no va a ser así. Quizás lo que se pretende es que el gobierno recaude esa tasa, añada un poquito de fondos propios, y con eso financie un plan para fomento de la lectura a la francesa, regalando prensa a los jóvenes que ya no quieren leerla. O con algún esquema como el Canal-SI. Aquella iniciativa en la que el gobierno les suelta dinero a los editores de la AEDE a cambio de publicar sus RSS sobre sociedad de la información.