Telefónica y el ministro Sebastián intentaron colar en Granada la tasa Google. Fracasaron pero no se rindieron y llamaron al “primo de Microsoft”. Ayer Miguel Sebastián y Linares, el de Telefónica, le arroparon con especial cariño y hablaron maravillas de su empresa. El ministro en la lengua de Shakespeare (pdf).
El consejero delegado de Microsoft, Steve Ballmer subía a la tribuna para hacer público en la capital de España su apoyo a Telefónica en su batalla por exprimir a Google y obligarle a pagar parte de las infraestructuras que César Alierta no quiere pagar.
En el habitual desayuno de empresarios, donde se desmenuzan con el mismo afán los bollitos de leche que a las empresas que se resiten a jugar al ritmo del oligopolio, el number one de Microsoft vino a decir que César Alierta tiene razón:
Las operadoras de telecomunicaciones necesitan ingresos. Por lo general, son empresas eficientes y tienen todo el derecho del mundo a cobrar a los proveedores de Internet
Steve Ballmer, un tipo con fama de duro, criticó también a Google por “violar la privacidad de los usuarios muchas veces” en relación a la recogida de datos personales que realizó por error durante la toma de imágenes para el servicio Street View, dentro de Google Maps.
Las leyes deben asegurar las mejores condiciones para el consumidor
El Consejero Delegado de Microsoft también propuso una renovación de las legislaciones relativas a la propiedad intelectual, por ejemplo, consideró vital crear “nuevas normas que regulen y protegan las patentes de software”.
Más de 400 ejecutivos, muy alejados de la estética Google, llenaron hasta la bandera la sala del Hotel Ritz en la que se escuchaba a Ballmer y se desmenuzaba la cuenta publicitaria de Google en servilletas. Sigue asuntando y preocupando el resultado. Alguno ya descontaba la parte que quiere la SGAE. Estos son los empresarios que el gobierno tiene por tal. Así va.
En primera fila, Linares y el ministro Sebastián. No pueden con el negocio publicitario de Google y ahora que le han visto débil van a cobrarse la pieza. Al primo le darán algo para compensar la tasa.
Foto | Erwin Boogert
