El Senado y el Congreso de México rechazaron el polémico acuerdo internacional ACTA y le exigieron al presidente Felipe Calderón que informara a los funcionarios gubernamentales que no debían firmar el acuerdo internacional. Por ahora México no ha firmado.
Pero en su visita a Washington para participar en la denominada Cumbre de Líderes de América del Norte: Calderón, Obama y Harper, el canadiense, parece que el presidente mexicano ha tenido que tragar con un comunicado de la Casa Blanca que anuncia al mundo, entre otras cosas, que “los tres países se han comprometido a la protección y la observancia de los derechos de propiedad intelectual y a “promover buenas prácticas de fiscalización y un marco jurídico eficaz (...) consecuente con el Acuerdo Comercial Anti-Falsificación (ACTA), que Estados Unidos y Canadá han firmado recientemente. México seguirá trabajando en una reforma integral de su sistema jurídico para lograr los altos estándares perseguidos por ACTA”, dice el comunicado.
La última frase del párrafo es muy diplomática. Muy sutil. Muy de la trastienda en la que conspiran los señores del ACTA. Recordará el lector que a los senadores mexicanos les advirtieron, con los malos modos habituales, que el ACTA se firma y punto.
Oponerse al ACTA es mucho más que defender Internet. Es plantar cara a la peor cara de la política.
Foto | World Economic Forum
En Nación Red | El Senado de México rechaza el ACTA
