Me gusta el modelo alemán - Alfredo Pérez Rubalcaba
No hace muchos días un profesor jubilado y vetarano socialista, aparentemente retirado de la primera línea, envió por correo postal varias copias del informe (pdf) del Consejo de Estado sobre las propuestas de modificación del régimen electoral con algunos subrayados en rojo que sus intelorcutores "ya entenderían".
Además incluía un recorte de prensa, en concreto una página de la Hoja del Lunes del 18 de mayo de 1981, en la que también había subrayado unas declaraciones sobre la reforma electoral con referencias al modelo alemán de cuatro destacados políticos de UCD, PSOE, el PCE y Alianza Popular.
El impacto del 15-M y más concretamente las visitas a Sol, no tanto a las acampadas como a las manifestaciones masivas y esporádicas de apoyo que surgían de la red, y en las que también estuvo de incógnito el embajador de los EE.UU, hicieron que algunos dejarán de estar "durmientes" y pasarán a la acción para convencer a los suyos de "la urgente necesidad de plantear una reforma electoral" que avance en la proporcionalidad:
Hay que recordar que fueron los políticos reformistas del régimen anterior, antes de las primeras elecciones democráticas, los que diseñaron el sistema electoral español cuando se temía a la proporcionalidad porque se temía al PCE y se pretendía fomentar el bipartidismo entre una gran fuerza de centro-derecha y una socialdemocracia a la alemana
Precisamente este veterano socialista subraya las declaraciones que en 1981 hacía el recientemente fallecido Enrique Curiel, entonces secretario general del grupo parlamentario comunista:
El respeto a los criterios proporcionales conecta con la estabilidad democrática y el respeto a la voluntad popular, es decir, si un partido obtiene el 20% de los votos, debe corresponderle el 20% de los diputados. No hay que acudir a trucos electorales que se plasmen en un fraude a la voluntad política de los electores.
Tan interesantes como estas declaraciones del desgraciadamente fallecido Enrique Curiel son los subrayados al INFORME DEL CONSEJO DE ESTADO SOBRE LAS PROPUESTAS DE MODIFICACIÓN DEL RÉGIMEN ELECTORAL GENERAL que vienen a continuación:
El Tribunal Constitucional Federal ha entendido, en algunas decisiones recientes, que determinadas previsiones legislativas o disfunciones prácticas del sistema electoral alemán vulneran la igualdad de oportunidades de los partidos políticos. Así ha sucedido, por ejemplo, en la Sentencia de 29 de septiembre de 1990, que declaró inconstitucional la aplicación de la barrera electoral del 5% computada a nivel nacional para las primeras elecciones generales celebradas tras la reunificación de Alemania, y en la reciente Sentencia de 3 de julio de 2008, recaída en relación con el llamado “peso negativo” (negatives Gewicht) de los votos, anomalía peculiar del sistema proporcional personalizado alemán consistente en que, bajo determinadas circunstancias excepcionales, un mayor número de votos en los distritos uninominales puede suponer para las candidaturas concernidas un menor número de escaños en la asignación proporcional, o viceversa, lo que genera un efecto arbitrario que deja sin sentido la lucha democrática por los votos de los ciudadanos.
El sistema electoral del Congreso de los Diputados (español) se caracteriza por una importante restricción de la proporcionalidad, que beneficia a los partidos más votados y perjudica a los menos votados en cada circunscripción, es decir, prima la concentración del voto y penaliza su dispersión en aras de garantizar la formación de mayorías estables de gobierno.
El beneficio para los partidos mayoritarios se traduce en que su porcentaje de escaños es superior al de votos.
Aunque la prima de escaños de la que se benefician estas fuerzas políticas ha descendido sensiblemente, sigue siendo bastante elevada: si se realiza un análisis comparado entre los resultados de las elecciones legislativas españolas de 2008 y los de las últimas elecciones celebradas en otros países europeos que aplican un sistema electoral proporcional, se observa que la sobrerrepresentación de los dos primeros partidos en España, que ha sido del 8,2%, es sensiblemente superior a la que se dio en las elecciones federales alemanas del 2005, que fue del 3,2%, aunque inferior a la de las elecciones generales italianas del 2008, que alcanzó el 9,4%.
También se aprecia una sobrerrepresentación de los partidos cuyo respaldo electoral se circunscribe a un ámbito territorial limitado, aunque la prima en escaños obtenida por estas formaciones políticas no ha superado el 0,5%, salvo en un ocasión. Esto demuestra que la representación electoral de estas formaciones políticas obedece fundamentalmente al respaldo popular que reciben y no a la peculiar caracterización del régimen electoral.
En sentido contrario, el perjuicio para los partidos minoritarios se refleja en el hecho de que el umbral medio efectivo para el acceso a la representación, según el promedio de los resultados de las distintas elecciones generales celebradas desde 1977, es del 10,2% de los votos emitidos en cada 187 circunscripción provincial, lo que permite hacerse una idea del elevado coste que cada escaño tiene en el sistema electoral español.
Este perjuicio se singulariza en los partidos menos votados de implantación nacional, que vienen consiguiendo un número de escaños inferior al que les correspondería en función de los votos obtenidos. En las elecciones legislativas de 2008, el porcentaje de escaños de las dos fuerzas políticas singularmente afectadas por esta situación ha sido 4,1 puntos inferior a su porcentaje de votos. Esta severa desproporción trae causa del alto grado de dispersión de los sufragios recibidos por tales partidos, en el marco de un sistema electoral que prima la concentración del voto en cada circunscripción.
La infrarrepresentación de los partidos menos votados de ámbito nacional, con ser cierta en términos porcentuales, adquiere un especial relieve en un panorama político, como el español, caracterizado por la presencia de partidos políticos con un fuerte apoyo electoral circunscrito a zonas geográficas concretas: esta circunstancia da pie a una comparación que refleja con crudeza - mayor si cabe de la que resulta de los propios números - la desventaja representativa de los partidos menos votados de ámbito nacional. Esta situación de infrarrepresentación no es, con todo, exclusiva del sistema español: así, en las elecciones generales italianas de 2008 se observa que tres formaciones políticas que sumaban el 1,5% de los votos obtuvieron 11 escaños, mientras otras tres que contaban con un 6,5% de los sufragios no alcanzaron representación alguna precisamente por la elevada dispersión de los apoyos recibidos. Tales penalizaciones no existen, sin embargo, en el sistema proporcional personalizado alemán.
La sobrerrepresentación de los partidos mayoritarios y la penalización de los minoritarios es la principal manifestación del denominado “efecto mecánico” del sistema electoral español, entendiendo por tal la desviación del ideal de proporcionalidad en el proceso de conversión de votos en escaños que resulta de la aplicación de las reglas previamente establecidas en la LOREG.
PSOE: La provincia como circunscripción electoral, ya en si desproporcionaliza
La Hoja del Lunes del 18-5-1981 deja para la historia otras interesantes reflexiones de la "clase política" sobre la reforma electoral que nunca hicieron, más allá de alabar ante los periodistas el "modelo alemán" y sugerir cambios que han quedado en las hemerotecas.
Para el PSOE el considerar la provincia como circunscripción electoral, ya en si desproporcionaliza. Sin embargo, es un aspecto no abordable por estar contemplado así en la Constitución.
Tres meses después del 23-F nadie quería plantear un cambio constitucional. Ahora sería considerado "menor", se entiende. Pero seguimos con la Hoja del Lunes y lo que el PSOE decía defender hace treinta años:
El PSOE tiene estudiadas varias fórmulas de la ley electoral. Entre ellas está una muy similar a la vigente en Alemania Federal; siguiendo la misma, se aumentaría a 400 el número de diputados, y el sistema entrañaría dos votaciones. Una, para contabilizar el voto y asignar escaños a nivel provincial; en la segunda se sumarían todos los votos del país para aplicar después el sistema D'Hont.
Jorge Verstrynge, entonces secretario general de Alianza Popular también defendía el "modelo alemán" pero recordaba:
Si bien no lo podemos calcar porque su circunscripción es el land, mientras que la nuestra es la provincia
El secretario de organización de UCD, José Ramón Caso, se decía contrario "a cerrar las puertas a cualquier partido nacionalista que demuestre una fuerza importante", desmarcándose de otros miembros de UCD, se citaba a Rodolfo Martín Villa, partidarios de aplicar la barrera del 5% que caracteriza al modelo alemán. José Ramón Caso se explicaba:
Con 28.000 votos, siguiendo el actual sistema, se puede estar representado en el Parlamento. Yo me permito moralmente dudar que con esos votos se tenga derecho a estar en el Parlamento español.
Se refería, claro, a partidos nacionalistas, regionalistas o locales que consiguen entrar en el Congreso de los Diputados con menos del 1% de los votos. En 1993 el propio José Ramón Caso pudo comprobarlo cuando el CDS, su partido de entonces, obtenía 414.740 votos y ningún diputado. Hasta siete partidos con muchos menos votos, conseguían representación.
Algo falla y nunca lo han querido arreglar. Ni el PSOE, ni el PP, ni su bisagra amiga. Los tres de la Sinde, los tres que se van alternando encantados de la vida mientras sus periodistas afines les aplauden cualquier propuesta sin el menor contenido concreto, como antes se aplaudía al que decía "estatuto de autonomía" o "vamos a democratizar las cajas".
Sí, encantados parecen algunos al escuchar "reforma electoral" y "modelo alemán", sin más. Lo que no deja de ser espectacular pues lo mismo puede significar "expulsar a las minorías" que "calcar el sistema menos transparente y más confuso de Europa". Lo mismo una provocación al 15-M que un guiño, con mucha imaginación y generosidad.
Por cierto, que puestos a elegir modelos llama la atención que una vez más en España los políticos del bipartidismo y CiU (y la pedantocracia) prefieran taparse los ojos para no ver lo que pasa en Holanda, la nación que anticipa el futuro, también en lo electoral, y donde el sistema proporcional puro no admite "clases" entre los votantes a los que se considera iguales antes las urnas. Siempre han sido muy especiales por allí, anticipando el futuro con su revolución del "sentido común" y de la tolerancia.
Porque hay cosas que son innegociables, una de ellas es la proporcionalidad pura (un ciudadano, un voto del mismo valor) y la otra los derechos de participación democrática a través del recurso a las consultas populares, algo de lo que nada ha comentado el candidato Alfredo Pérez Rubalcaba pero que reclaman los defensores del "modelo español" de la Spanishrevolution. Lo que a estas alturas evidencia que Rubalcaba está en términos políticos en el "vente a Alemania, Pepe", año más o año menos. Por no hablar de sus primarias...
En el PSOE se hablaba del modelo alemán como del modelo sueco en la parcela socio-económica. En el caso del sistema electoral alemán se pensaba que más pronto o más tarde la presión de la calle y del "sentido común" acabaría por forzar un cambio de una ley que deforma la representación política en proporciones no justificables. El llamado modelo alemán, bien planteado, permitiría seguir con los privilegios bipartidistas pero acallaría en parte las quejas de los que pensaban y piensan que se hacen trampas con la ley electoral
En Nación Red | A Rubalcaba le gusta una ley electoral que ha sido declarada inconstitucional