Naciones Unidas cuenta con un sistema de expertos independientes que vigilan el respeto de los derechos humanos y las visitas a los países son claves para el cumplimiento de su misión, bajo la condición de que los gobiernos les garanticen total libertad de movimiento y la posibilidad de reunirse con quienes juzguen conveniente, incluidos prisioneros. Hay casos excepcionales como el de Bradley Manning.
El relator de la ONU sobre la Tortura, Juan E. Méndez, aunque se muestra incasable e indomable en sus esfuerzos, no consigue una autorización para mantener una entrevista en privado con el militar al que se acusa de haber filtrado miles de cables clasificados e información sensible a WikiLeaks.
El relator de la ONU explica que después de enviar nuevas solicitudes y manter multiples reuniones, el Departamento de Defensa le comunicó recientemente que le permitiría visitar a Manning, pero le informó de que el encuentro sería grabado. "Esas condiciones violan las reglas de la ONU para la visita a las prisiones y entrevistas con los detenidos en cualquier parte del mundo", lamentó Méndez.
En vista de esa situación, el representante de la ONU propuso a Manning, a través de su abogado, visitarlo en esas condiciones, lo que éste declinó. Méndez agregó que posteriormente el Gobierno de EEUU le confirmó que no autorizará bajo ningún concepto otro tipo de visita que no sea grabada. Como si el respetado funcionario de la ONU fuese un peligroso delincuente. ¿Qué teme EE.UU de esa reunión?.
El soldado Manning fue trasladado el pasado abril del centro de detención de Quantico (Virginia), donde estaba en aislamiento total, al de Fort Leavenworth (Kansas), en cuyas instalaciones puede recibir visitas y se le permite estar tres horas fuera de su celda cada día, mientras espera ser juzgado por una corte marcial.
El relator de la ONU desea verificar personalmente las nuevas condiciones de confinamiento del valiente soldado, así como determinar si la manera como fue tratado durante los meses que permaneció en Quantico puede equivaler a torturas o tratos crueles y degradantes. El analista de inteligencia Bradley Manning tiene un mensaje para él.
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