Los Piratas alemanes, representados en la cámara regional de Berlín tras conseguir un 8,9 % de los votos en los comicios celebrados el pasado mes de septiembre, han recibido como un regalo de navidad la publicación de las últimas encuestas del año.
La moda pirata ya no es moda ni pasajera. El partido pirata alemán (Piratenpartei) cierra el año en un 9% de los votos superando al partido de La Izquierda y abriendo una brecha de siete puntos con los liberales (FDP), el partido bisagra que gobierna con la CDU de Merkel. Los liberales se hunden (2% de los votos).
Una previsión que complica la formación de un gobierno de centro-derecha. Para algunos analistas políticos alemanes es paradójico que el beneficiado del hundimiento liberal sean los piratas y no los conservadores.
En el discurso inaugural del Congreso federal celebrado en la localidad de Offenbach, al que asistieron multitud de medios y más de 1300 compromisarios, el presidente de la formación, Sebastian Nerz, criticó al Gobierno de coalición encabezado por Angela Merkel por practicar una política de "desdemocratización" y muy especialmente en lo que respecta a la crisis del euro.
Según el líder pirata alemán "muchas decisiones importantes ya no se toman en los parlamentos", la referencia bien valdría para el ACTA. Nerz denunció que Alemania no cuenta con una política realmente liberal en materia de derechos fundamentales y afirmó que "esta política sólo puede venir de nosotros".
El partido aprobó hacer del combate al racismo una prioridad pirata. "La violencia y la intimidación por motivos de origen, religión o cultura son en cualquier caso inaceptables. Por eso toda clase de racismo y xenofobia debe ser combatida, al igual que cualquier otro tipo de odio contra grupos sociales determinados", reza el nuevo mandamiento pirata.
El actual programa del partido se concentraba principalmente en temas relativos a la sociedad digital. En el Congreso de Offenbach se ha ampliado a otros ámbitos de la política. Entre las propuestas aprobadas figuran iniciativas relativas a "una política sobre drogas libre de represiones" y a la separación real de Estado y religión.
También se aprobó, aunque con muchas voces críticas, la necesidad de garantizar unos ingresos mínimos a todos los ciudadanos a través de una renta básica de ciudadanía. Tras un intenso debate, un 66,9% de los compromisarios votaron a favor de incorporar en su programa este modelo de política social. La aprobación de la propuesta requería el voto favorable de dos terceras partes de los compromisarios. Por los pelos se aprobó.
Cuando la política parece una actividad de corsarios, el galeón pirata alemán se prepara para abordar el Bundestag. Los piratas aprovechan la travesía para debatir sobre temas diversos y variados. Desde el Impuesto Negativo Sobre la Renta a la abolición de la afiliación obligatoria a la Cámara de Comercio, pero sin olvidar lo que une a toda la tripulación: la defensa de la libertad digital. La defensa del medio de comunicación de la gente que no se escuchó hace escasos días en el parlamento español.
Foto | Joachim S. Müller