Rubalcaba en su primer discurso oficial como candidato del PSOE a las próximas elecciones generales ha propuesto una reforma del sistema electoral y ha querido avanzar que a él le gusta mucho el modelo alemán, que sin duda comparado con España es más proporcional (para las minorías que superan el 5% de los votos).
Pero lo que no ha explicado Rubalcaba es que cuando los alemanes intentan explicar a un ciudadano de otro país su peculiar sistema electoral no es extraño escuchar un comentario similar al de los periodistas de la prestigiosa Deutsche Welle:
Muchos alemanes se sienten perdidos en su propio sistema electoral. Pese a la importancia del segundo voto, su nombre engaña y éste se percibe a menudo como uno de segundo rango
Así es. El sistema electoral alemán está siendo muy cuestionado. Entre los que lo han puesto en cuestión está, palabras mayores, el Tribunal Constitucional que ha exigido más claridad y proporcionalidad pues premia a los dos grandes partidos con "escaños adicionales". De hecho desde hace tres años los jueces que dictaminaron la inconstitucionalidad de la ley electoral están esperando una reforma cuyo plazo de presentación vence este mes y que por el "efecto Rubalcaba" se seguirá con especial atención en nuestro país.
Pero Rubalcaba sabe, además, que no son pocos los que en Alemania defienden volver al sistema de representación proporcional puro que ya ha estado vigente en aquel país y que hoy se considera por muchos como el único justo al considerar a todos los electores de un país totalmente iguales ante las urnas cuando se trata de elegir a sus representantes en el parlamento de la nación. Primar los territorios sobre los ciudadanos nos parece a algunos profundamente regresivo. Además España ya cuenta con una "cámara territorial", el Senado. Por eso el Congreso debería representar la voluntad del total de los españoles sin que se produzcan anomalías como las que sufre Izquierda Unida que con 200.000 votos más que CiU obtiene "dos diputados" por 10 de los nacionalistas catalanes de centro-derecha que por obra y gracia de la Ley Electoral se convierten además en el partido decisivo para conformar mayorías absolutas.
Aunque hoy lo más importante es celebrar que el 15-M ha conseguido abrir de par en par el debate sobre el cambio del sistema electoral en España, que esperamos no sirva para elevar más las barreras que impiden a las minorías conseguir representación.
En Alemania la barrera (o muro) es del 5%, una guillotina que tomando como referencia los últimos resultados de las elecciones generales en España dejaría fuera del Congreso a IU-ICV, UPyD y todos los partidos nacionalistas (ERC, BNG, Nafarroa Bai) que no consigan ganar en tres circunscripciones, siguiendo con el “modelo alemán”, algo que quizás sólo conseguirían CiU y PNV.
Alemania está reformando su injusto y cuestionado modelo debatiendo sobre la proporcionalidad. En las municipales se ha eliminado la barrera del 5% que restringe el acceso de las minorías al parlamento. Algo, por cierto, que en el caso de Extremadura se han comprometido a corregir el nuevo presidente al reducir del 5% al 3% el límite para entrar en el Parlamento regional. Monago ha entendido mejor que Rubalcaba el clamor por la proporcionalidad. Claro que no le quedaba otra si quería ocupar el sillón presidencial.
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