La brillante técnica del 'One Touch' que evita que dejes las cosas para más tarde: se puede ser productivo con actos simples

Acumular tareas puede traerme mucho estrés y ponerle solución es muy sencillo

Kelly Sikkema V9fqr4tbiq8 Unsplash
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Procrastinar es el hecho de aplazar o posponer una tarea que tienes que hacer. Hay muchas razones por las que alguien acaba procrastinando. Puede ser porque odia la tarea en cuestión, porque tiene miedo de hacerla al no ser su especialidad, por pereza... y en general, la gente que tiende a procrastinar a menudo puede tener algún origen psicológico.

Sea como sea, existe y hay fórmulas con las que plantarle cara  la procrastinación. Y algunas pueden ser muy simples, como la que vamos a ver ahora: es la llamada regla del toque o del 'One Touch'. El objetivo es que hagas tus tareas pendientes cuando tengas que hacerlas y no las sigas dejando con la ansiedad que eso puede acarrear (una montaña de cosas pendientes que hacer no es bueno para nuestra salud mental).

Hace unos días veíamos que ser productivo es cosa de actos muy simples y que hay el truco de dos minutos que busca que tu cerebro deje de estresarse por una tarea que puede hacerse en muy poco tiempo. En el caso del 'One Touch', te explicamos cómo llevarla a cabo y su lógica detrás.

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Cómo funciona el 'One Touch'

En Genbeta ya hemos hablado de   diversos trucos que nos ayudan a ser más eficientes. Algunos simplemente usan el ritmo del cerebro para indicarnos cómo sacar lo mejor de nosotros mismos, de acuerdo a nuestra naturaleza. También hemos visto ver una regla que aplican algunos de los hombres más ricos del mundo. Se llama la "regla de las cinco horas" y aparece recogida por el escritor Thomas Corley en su libro ‘Los hábitos de los ricos’.

Ahora con 'One Touch', la idea es la de procesar una tarea desde el primer momento en que la tocas. Empezar algo, luego pasar a otra cosa y luego volver a esa tarea más adelante es ineficiente, ya que probablemente te lleve un tiempo ponerte en el lugar en el que estabas, tras haber perdido el hilo.

Por ejemplo, leer un mail y no responderlo y luego tener que volver a leerlo cuando decides responder; o empezar un texto y dejarlo a medias y luego tener que volver a leer lo que has escrito para poder seguir, son algunos ejemplos.

Ann Gomez, que experta en productividad y CEO de Clear Concept, una consultora, es la creadora de esta técnica. Habla de procesar las tareas desde la primera vez que las “tocas” y es muy eficaz sobre todo con las pequeñas taras que, juntas, pueden ir acumulando una montaña.

Ann Gomez afirma que muchas veces podemos quedar atrapados en la zona de “dedicar más tiempo al problema” en lugar de usar un tiempo razonable para acabarla y quitarla de la lista de tareas pendientes. En LinkedIn, la experta ha explicado que ella intenta hacer todo lo más sencillo que puede y tan pronto como puede para sentirse libre y despejada para las tareas más complejas. Según la experta, que recuerda que hay estudios que hablan de la pérdida de productividad:

Se trata de una preferencia personal que puede que no funcione para todo el mundo, pero a mí me va bien y la gente de mi entorno parece apreciar la rapidez con la que me pongo en contacto con ellos. La gente cree que es porque soy amable. A mí también me gusta pensar que lo soy, pero al menos se debe a que esta estrategia hace que mi vida funcione.

Imagen | Foto de Kelly Sikkema en Unsplash

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Vía | Xataka

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