Hay tareas que son sorprendentemente rápidas y fáciles de hacer: suscribirte a un servicio, hacer una compra, iniciar sesión... pero recorrer el camino inverso, ya tal. La consecuencia directa es que bien sea por comodidad, falta de tiempo o de conocimientos, nos quedemos donde estamos: esa prenda que compraste en internet pero que no te termina de convencer, otro mes más pagando esa suscripción o con la cuenta abierta. Bendita Maldita inercia. Por supuesto, no es casual. Porque cerrar sesión tiene implícito cierta desconexión que no interesa.
Pienso por ejemplo en nuestro ordenador o teléfono personal con unas cuantas pestañas abiertas en el navegador y esas aplicaciones funcionando en segundo plano, agilizando el momento en el que queremos volver justo donde lo dejamos y por qué no decirlo, recopilando datos. Un caramelo envenenado.
Si hago balance de las veces que cierro sesión en Twitter a lo largo del año, creo que me sobran dedos de la mano y normalmente lo hago o bien por mi trabajo (quizás porque estoy en un equipo que no es el mío), alguna que otra vez porque quiero desconectar (las menos, lo confieso) o de forma indirecta porque he limpiado el navegador.
Es más fácil salir de IKEA que de tu sesión
En la interfaz para escritorio tengo que irme hasta la esquina inferior izquierda y, al lado de mi foto de perfil y nick, tocar sobre el icono de los tres puntitos. Si tienes la ventana no muy grande, desaparecen tu nick y los tres puntos, dejando el proceso en mano de tocar sobre tu foto de perfil. Y ahora, al revés: en la franja de la derecha tengo la posibilidad de crear una cuenta y un banner en el azul corporativo de la red social situado en la zona inferior me invita a entrar.
Imagino que no estoy sola en esto simple y llanamente porque la interfaz de las webs y las aplicaciones cuentan con un botón bien grande y en una posición privilegiada para que inicies sesión, pero cerrarla tiene poco valor para las empresas. No es casualidad que haya tantos tutoriales en internet sobre cómo cerrar sesión o cerrar cuentas (a las que, pese a ser una persona especializada en el tema, sigo recurriendo por el grado de dificultad que supone en algunos casos). Esta diferencia de dificultad entre abril - cerral abrir - cerrar puede ser un problema cuando por ejemplo estamos haciendo una tarea puntual en un equipo que no es el nuestro y en el que no estamos familiarizados del todo, por ejemplo en un ordenador de un locutorio.
De hecho, la sensación es que está prácticamente por obligación y en algunos casos, que buscan molestias extra. Otro ejemplo: ¿has probado a cerrar sesión en tu cuenta de Gmail cuando hay varias cuentas dentro del navegador? Descubrirás que la opción que aparece en primer plano es la de cerrar sesión todas las cuentas.
Caminos más largos y ocultos, piedras en el zapato y ojo, porque todavía podría ser peor y ser directamente una misión imposible: el caso de la aplicación WhatsApp instalada en un teléfono. Ojo con acudir a los ajustes y en cuenta tocar sobre 'Eliminar mi cuenta' porque borrarás la información de tu cuenta y tu grupo de perfil, saldrás de tus grupos y se eliminará el historial. En la práctica, lo único que puedes hacer es borrar la aplicación.
¿Por qué no nos estamos quejando más sobre este tema? Probablemente porque como personas conectadas que alternan de dispositivos a lo largo del día o incluso los simultanean (por ejemplo, tirando de WhatsApp Web en el escritorio del ordenador y en el móvil), uno de nuestros anhelos es que todo esté sincronizado y actualizado.
Aunque hay una curva de aprendizaje clara para cerrar sesión, los equipos de diseño se esfuerzan en que las interfaces sean cada vez más fáciles e intuitivas de usar porque el objetivo es que la gente interactúe con ellas, cuanto más tiempo, mejor. Como consecuencia, la publicidad integrada tiene potencial para ser más efectiva y eso son más ingresos. Además, ni siquiera necesitamos crear una cuenta para "iniciar sesión" en tanto en cuanto al entrar en un sitio es probable que tengamos que aceptar algunas cookies que recopilará datos de actividad. Estas cookies no suelen borrarse al cerrar el navegador (tocaría borrar la caché), así que seguirán recopilando datos por más tiempo.
En un momento en el que las actualizaciones y las nuevas funciones están a la orden del día, adoptar ciertos patrones comunes significaría que incluso las personas menos familiarizadas con la tecnología acabarían aprendiendo dónde encontrar 'Cerrar sesión'. Pero esto no es una prioridad, salvo que se trate de plataformas centradas en la información confidencial de usuarios y usuarias (por ejemplo, el banco o aplicaciones de medicina). En ese caso hasta hay opciones para programar cierres automáticos pasado un cierto periodo de tiempo por seguridad.
En un mundo cada vez más conectado y donde, al menos en la UE, se intenta informar, proteger y poner cerco a la extracción y manipulación de datos para dar más poder a la ciudadanía, el tema de cerrar sesión llegará tarde o temprano a ponerse sobre la mesa de debate. Mientras tanto, tendremos que seguir haciendo uso de esos tutoriales que nos ayuden a cerrar sesión.
Portada | Foto de Mourizal Zativa en Unsplash
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