Vamos a recordar esta importante historia en la que Google tuvo que pagar una nueva multa millonaria y es que hay novedades en el caso. En esta multa, los destinatarios de esa fortuna fueron un matrimonio de emprendedores a los que el gigante de las búsquedas quiso fastidiar hace casi 20 años. Todo comenzó en 2006 cuando Adam Raff y Shivaun Raff, un matrimonio, crearon la web Foundem que ayudaba a los usuarios a comparar precios de productos en búsquedas online.
Este servicio hacía competencia a Google, empresa que había nacido en 1998 y que hizo grandes esfuerzos para convertirse en el mayor buscador del mundo. Y cuando hablamos de esfuerzos, también entran fechorías a la competencia, lo que se ha traducido en sentencias con multas por monopolio incluidas, o pagando cantidades millonarias a otras empresas para ser el buscador predeterminado.
En el caso de la web Foundem, esta acabó relegada a las últimas posiciones en la lista de resultados cuando alguien hacía búsquedas en Google como "comparador de precios" o "comparación de compras". Y eso perjudicó enormente a sus fundadores, puesto que ellos ganaban una comisión de cada compra que el cliente hacía dentro del servicio que les mostraba qué productos o marcas eran más asequibles. Cabe decir que la pareja había dejado sus trabajos e invertido su dinero y todo su tiempo en este negocio, según su testimonio.
Dos mil millones de dólares
En aquel momento, no era tan conocido lo que hacía Google para perjudicar las webs que le hacían competencia. Por lo que los creadores de Foundem contactaron a la empresa para ver qué estaba pasando con ese desastre en las búsquedas. Pasaron dos años y nada cambió. En otros buscadores, su posicionamiento estaba bien emplazado, pero Google ya era el gran líder y eso condicionaba el devenir de una empresa.
En todo esto, un canal de TV británico calificó a Foundem como el mejor comparador de precios en el Reino Unido y su web incluso vio que tardaba en cargarse por la enorme cantidad de visitas que comenzó a recibir. Eso fue clave porque animó a la pareja a volver a contactar a Google y también sospechar que algo pasaba.
“Y eso fue muy importante”, explica Shivaun, “porque nos pusimos en contacto con Google y les dijimos: “Mirad, seguramente no beneficia a sus usuarios hacer que les resulte imposible encontrarnos”. Afirman que viendo que Google los mantenía relegados en el posicionamiento, "supimos que teníamos que luchar". La pareja acudió a la prensa, con un éxito limitado, y llevó su caso a los reguladores del Reino Unido, Estados Unidos y Bruselas.
Fue en este último, ante la Comisión Europea (CE), donde finalmente despegó el caso, con el lanzamiento de una investigación antimonopolio en noviembre de 2010.
Miedo a denunciar
La primera reunión de la pareja con los reguladores, estos cuestionaron que si creen que se trata de un problema sistémico, por qué eran los primeros que lo denunciaban. Ellos afirmaron no estar 100% seguros de ello pero que era una sospecha y al mismo tiempo podrían suponer que otras empresas tenían miedo "porque todas las empresas en Internet dependen esencialmente de Google para el sustento que es su tráfico".
Esto dio lugar a una batalla legal de 15 años que culminó con una multa récord de 2.400 millones de euros para Google, que se consideró que había abusado de su dominio del mercado.
Cabe decir que, con el tiempo, más empresas se animaron a hacer lo mismo. La pareja descubrió más tarde que su sitio no era el único que había sido puesto en desventaja por Google: cuando el gigante tecnológico fue declarado culpable y multado en 2017, había alrededor de 20 demandantes, incluidos Kelkoo, Trivago y Yelp.
Cabe recordar que en en 2017 Margarethe Vestager anunció que Google debía pagar una multa de 2.400 millones de euros por abusar de su dominio de mercado en el segmento de los comparadores de precios. En 2021 la empresa presentó un recurso, pero no sirvió de nada.
Los Raff también han presentado una demanda por daños civiles contra Google, que debe comenzar en la primera mitad de 2026. Cabe decir que, en todo este proceso, se vieron obligados a cerrar Foundem en 2016. Afirman que esta lucha ha sido agotadora y nunca pensaron que duraría tantos años.
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