Durante la última década, la tecnología ha experimentado un crecimiento sin precedentes que se ha plasmado en el alumbramiento de nuevos dispositivos, la mejora de las conexiones y un largo etcétera que seguro que te viene a la mente. La evolución de los formatos multimedia, aunque calmada, no se ha quedado atrás. Por eso, hemos decidido analizar aquellos que han llegado para quedarse y que pretenden sustituir a los que usamos hoy.
Unos tipos de archivo que incorporan características y posibilidades hasta hace poco impensables; y que reducen (en términos generales) el tamaño del resultado final sin mermar un ápice su calidad. Para que puedas formarte una composición de lugar, estructuramos nuestra lista por categorías e incluimos, como referencia, a los actuales “predecesores”.
Formatos de vídeo
- MPEG, H.264 (códec):
El considerado como sucesor del Divx tradicional (.avi), y que es usado en discos Bluray, el streaming de vídeos en Vimeo, YouTube y otros; podría ser sustituido por la tecnología de compresión H.265 (o HEVC). Esta es más apropiada para vídeos de alta resolución (incluyendo 4K y superiores) y cuenta con soporte para hasta 300 fps. También es capaz de reducir hasta un 40% que H.264 la tasa de bits de reproducción manteniendo la misma calidad visual; siendo este su gran punto fuerte.
- FLV o SWF:
Usado principalmente para distribuir vídeos por Internet a través de Flash, se popularizó rápidamente pero se ha quedado desfasado. WebM, sin embargo, fue diseñado por Google y está orientado para usarse en HTML5. Compuesto por el códec de vídeo VP8 y el de audio OGG Vorbis, dentro de un contenedor multimedia Matroska. Sus archivos tienen la extensión “.webm” y su tamaño resulta mucho menor, por lo que es rápido descargarlos de Internet, entre otros.
Formatos de imagen
- JPEG:
Aunque el éxito del formato JPEG no es casualidad –nos ofrece ficheros de imagen con una calidad aceptable y tamaño comedido (si no te excedes con la compresión)- se encuentra a punto de cumplir 25 años, un periodo durante el que ningún otro ha logrado destronarlo.
Sin embargo, el formato BPG (Better Portable Graphics), podría hacerlo gracias a su elevada tasa de compresión, entre otros. Para que te hagas una idea, un archivo BPG ocupa, aproximadamente, la mitad que otro JPEG con la misma calidad de imagen.
Tiene una profundidad de color de 14 bits por canal, a diferencia de los 8 que ofrecen JPEG y WebP; un rasgo que le da un mayor rango dinámico. También soporta un canal alfa, que identifica la opacidad de cada pixel y permite incluir metadatos EXIF, XMP e ICC en las imágenes.
Con la extensión “.jp2”, JPEG 2000 podría ser otro de los candidatos, pues posee una mayor eficiencia en la compresión (puede ser sin pérdida), y se adapta mejor a la carga progresiva de las imágenes. Sin embargo, tiende a emborronarlas, eliminando texturas y detalles pequeños. Brinda, asimismo, la opción de seleccionar una “área de interés” sin que sea necesario transmitir detalles de toda la captura, algo que lo convierte en un archivo más flexible.
- GIF:
A pesar de que este formato cuenta con una gran popularidad en Internet y existen no pocas herramientas para crearlos, lo cierto es que dispone de ciertas restricciones. Su limitación de 256 colores y su poco eficiente compresión son algunas de ellas. BPG tiene muchas papeletas para sustituirlo pues, además de las ventajas comentadas, es compatible con animaciones y da lugar a archivos más pequeños y de mayor calidad.
Formatos de audio
Si bien ya llevan en circulación algunos años, consideramos MPA/ACC y FLAC (para audios de alta calidad, sin compresión) como los sustitutos de MP3 y WAV. Sin embargo, encontramos otra serie de formatos alternativos entre los que destacamos Stems. Este, de código abierto, nos brinda la posibilidad de separar el contenido en pistas, algo que pueden aprovechar algunas aplicaciones de edición de música, karaokes, DJs y productores, por ejemplo.
Opus, por otra parte, podría servir para reemplazar a FLAC, pues llega como un sistema de compresión sin con pérdida que combina algoritmos de predicción de voz y música. Otra de sus virtudes es que su licencia es gratuita. Además se encuentra estandarizado por el IETF.
Imágenes | Pixabay
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