El debate entre la necesidad de ir a la oficina que ven muchos jefes y las preferencias de los empleados por tener mayor flexibilidad laboral y poder trabajar todos o varios días desde casa ha protagonizado los años después de la pandemia. Y muchas personas están dispuestas a dejar su trabajo con tal de no volver a sus oficinas los cinco días de la semana.
Hoy recordamos la historia de una mujer que con 53 años y un trabajo como administrativa en una empresa de Estados Unidos ha preferido quedarse desempleada y renunciar a su salario de más de 90.000 euros anuales con tal de no seguir el mandato de retorno al despacho.
Y, además, como veremos, lo ha hecho siendo muy crítica con sus jefes. La mujer estaba trabajando tres días desde casa y dos en la oficina, la modalidad de trabajo híbrido que se ha impuestos en muchas compañías. Hasta que recibió un ultimátum: u oficina o a la calle.
La paranoia de la productividad
En un principio, la administrativa volvió a la empresa pero un mes más tarde se hartó y presentó su carta de dimisión. Entre otros asuntos, considera esta profesional que no le compensa lidiar con lo que muchas personas denominan la paranoia de la productividad. Y es que, mientras que ella se veía mucho más productiva haciendo sus labores desde casa, sus jefes opinan lo contrario.
En su caso, incluso, ella ha contado en una entrevista que "llegaba a casa y trabajaba cuatro horas porque no podía terminar mi trabajo" por las distracciones de la oficina. Mientras que los jefes creían y así lo expresaban, que los días que la plantilla estaba en casa estaban en casa en modo desconexión.
Otro aspecto que le producía mucho estrés era el tráfico para llegar a la oficina, a veces impredecible. Dice que muchas veces sufría mucho estrés por verse atrapada en el tráfico teniendo una reunión pronto y sin la posibilidad de sortear ese problema.
Incluso, la administrativa ha dicho que varias otras personas que conoce que estaban en su empresa la han dejado y han optado por trabajos más remotos o híbridos, y agregó que su apariencia de libertad la hizo perder el equilibrio que tenía e inspiró su partida.
Imagen | Foto de Copernico en Unsplash
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