Llevábamos casi tres años sin verle el sentido a Windows 11. Hasta ahora

La llegada de la inteligencia artificial de Copilot+ le da un sentido al sistema que lleva tres años sin tener, más allá del rediseño

Windows 11 Copilot
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Desde que Microsoft anunció Windows 11, nunca le hemos visto sentido. No a la existencia del sistema operativo en sí, sino a un sucesor de Windows 10. Microsoft había argumentado que a partir del sistema lanzado en 2015 la estrategia sería ir iterando el sistema, de forma que cada seis meses, actualizaciones "grandes" fueran dando los detalles de renovación que antes justificarían pasos como el de Vista a 7.

Pero hay más. En 2015, Microsoft llamaba a Windows 10 "la última versión de Windows". Dicha afirmación no significaba que Windows no tuviera futuro, sino que se llamaría Windows 10, como durante años y años, en el mundo Mac, el sistema fue OS X o Mac OS X. Aunque hubiera versiones anuales o bianuales, lo importante es que el sistema pertenecía a la familia del 10 o de la X. Igual en Windows. Poco tenía que ver aquel sistema que conocimos en 2015 bajo la estrategia de One Windows con las líneas que luego trajo 'Fluent Design' (ojalá hubiera sido más), pero seguía siendo Windows 10.

El sentido de Windows 11, ahora sí

Recall Así es la cronología de 'Recall'.

Sirviendo todo esto de contexto, verle sentido a Windows 11 costó desde el principio. Para empezar, por las decisiones de Microsoft sobre sus especificaciones mínimas, muy polémicas y rupturistas con lo anterior. Y para seguir, porque sí, visualmente el salto ha sido grande, pero muchas partes del sistema como la barra de tareas se sentían y sienten hechas con prisas, y sobre todo, menos completas que en sus antecesores. Igual con el fatídico menú de "mostrar más opciones" al hacer click derecho sobre archivos, por ejemplo.

Aun así, Microsoft argumentó lo siguiente sobre el sentido de existencia de Windows 11, frente a haber sido otra actualización más de Windows 10 (y no nos convenció, claro):

"Cuando anunciamos una nueva versión de Windows [en referencia a 11], eso os sorprendió a algunos de vosotros. Dijisteis, "pensaba que Windows 10 era la última versión de la historia, ¿qué ha pasado?" Amigos, lo que pasó fue la pandemia global"."El cómo, cuándo y dónde trabajamos cambió radicalmente de la noche a la mañana. La transformación digital se aceleró más de lo que habíamos podido prever. Entonces, Windows también tuvo que cambiar. Era totalmente necesaria una nueva versión diseñada para el trabajo híbrido. Pero cada día presenta nuevos retos, así que Windows continuará evolucionando y vosotros evolucionaréis también en vuestras empresas, para que todos superemos esta situación y sigamos pudiendo cumplir con nuestro trabajo independientemente de las sorpresas que nos traiga cada día".

Exacto, desde Redmond "culpan" a la pandemia como el antes y después para Windows 11. Y sí, empezamos a teletrabajar más y a tener muchas más reuniones online, pero la realidad es que cualquier ordenador con Windows 10 sigue siendo más que capaz de hacer cualquier tarea necesaria para el día a día de 2024 (y es probable que en 2030 siga siendo así, incluso cuando su soporte oficial finalice el año que viene).

Microsoft podría haber esperado a tener un argumento de más peso para hacer el cambio de sistema (que por otra parte no suele necesitar justificación si antes no has asegurado que no habrá nuevas versiones). Y aunque no lo hizo en su momento, ayer sí. Ayer mostró Copilot+, y trae consigo uno de los cambios más grandes de la historia de Windows.

Incluso sin abrazar el marketing de la IA, la realidad es que las funciones presentadas con Copilot+ resultan útiles las mires por donde las mires

En primer lugar, Microsoft afirma haber modificado la arquitectura del sistema para acomodar tanto (más de 40) modelo de inteligencia artificial, y en segundo lugar, funciones como 'Recall' tienen el potencial de, frente a intentos fallidos como Cortana, cambiar de verdad cómo trabajamos con el PC. Como ChatGPT o Copilot ya han cambiado cómo usamos la tecnología en general.

Tener un sistema con memoria total de todo lo que hacemos o que entiende plenamente el contexto de todo lo que hay en pantalla, más allá de miedos sobre privacidad, lo cambia todo, y también es un antes y un después contar con un sistema que nos permite expandir la creatividad en local con IA generativa, eliminar fondos con una facilidad asombrosa, mejorar la resolución de las imágenes de forma automática o traducir en tiempo real subtítulos en videollamadas en distintos idiomas.

Sí, de momento serán muy pocos los usuarios que se podrán beneficiar de este salto cualitativo que proponen en Redmond (frente a la descafeinada llegada de Copilot a Windows). Pero sí, estos son los cambios que justifican saltos y dejar hardware atrás, justo como hizo Windows 11. Por todo esto, habríamos esperado ver antes un Windows 12 que funciones exclusivas. Porque, a priori, parece tan grande como para sumar un número más a la familia de sistemas operativos de Microsoft.

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