En contra de lo que suele creerse, OpenStreetMap no nació como una alternativa colaborativa y libre a Google Maps (de hecho, se lanzó medio año antes que éste, en agosto de 2004), sino como respuesta a los altos precios que cobraba por proporcionar información geográfica la Ordnance Survey (la agencia cartográfica oficial del Reino Unido).
Dos años más tarde, su creador, Steve Coast, convirtió el proyecto OpenStreetMap en una fundación sin ánimo de lucro. Así contado, parece más una versión cartográfica de la Wikipedia, pero menos popular. O, dicho de otro modo: un proyecto idealista pero con una relevancia menor.
Al fin y al cabo, ¿cuándo fue la última vez que tú mismo entraste en openstreetmap.org a consultar algún dato? ¿Y conoces a alguien que se dedique a contribuir a dicha plataforma con información geográfica? Lo más probable es que tus respuestas hayan sido "No lo he hecho nunca" y "No, a nadie". Y sin embargo...
Silicon Valley apuesta fuerte por OpenStreetMaps
OSM recibe un promedio de 4,5 millones de cambios cada día. ¿Quién las lleva a cabo? Una charla de Jennings Anderson, experto en geoinformación de la Univ. de Colorado, ofrecía hace poco una inesperada respuesta: lo hacen editores corporativos, es decir, a sueldo de grandes compañías, como las tecnológicas Apple, Amazon y Facebook.
Y algunas están apostando muy fuerte por OSM: sin ir más lejos, la mayor parte de contribuciones corporativas recibidas por Apple en toda su historia las realizó Apple sólo durante el año pasado (y en 2020 ha ido a más):
Jennings apuntaba un dato revelador cuando explicaba en su conferencia que, en aquellas áreas geográficas que son de interés para los editores corporativos, las ediciones de voluntarios se han reducido a un 20% del total, cuando en 2017 representaban casi el 70%.
Esas ediciones corporativas no son desinteresadas, claro: la inexistencia de OSM dejaría su nicho de mercado enteramente en manos de Google Maps, con lo que sus rivales de Silicon Valley estarían obligados a pagar grandes sumas para integrar su API en sus propias aplicaciones.
Así, manteniendo actualizado OpenStreetMap no hacen sino asegurarse de que sigue siendo un rival a la altura de la plataforma de Google, un rival con APIs abiertas que ellos usan para mantener sus propias plataformas: Bing Maps, Apple Maps, Snap Maps...
Uno de los colaboradores voluntarios más destacados de la comunidad OSM, Frederik Ramm, afirmó durante la última conferencia anual de la plataforma que
"[...] ninguna de estas empresas es esencial para OpenStreetMap. Son colaboradores, pero OpenStreetMap podría funcionar perfectamente sin ellos [...] el pilar de OpenStreetMap son los millones de aficionados, individuos que contribuyen a OpenStreetMap".
No cabe duda de que seguiría existiendo: de hecho, en sus primeros años el peso del crecimiento de OSM estuvo sobre los hombros de la comunidad, pero lo cierto es que para algunas de las mayores empresas del planeta, se ha convertido en una infraestructura crítica para varios de sus servicios más populares, y que eso determina la forma en que evolucionará la plataforma.
Como afirma Joe Morrison, empleado de la empresa de tecnología geoespacial Azavea, en su blog
"Cuando las organizaciones más ricas de la historia colaboran silenciosamente en algo, creo que vale la pena señalarlo. No estoy seguro de que haya un precedente para tal colaboración: si conoce un caso en el que esta clase de mega-corporaciones hayan trabajado con una comunidad global de voluntarios para crear un conjunto de datos público... hágamelo saber".
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