Donald Trump

No es el primer encontronazo de Trump con las redes sociales en las últimas semanas.

Trump y Twitter continúan teniendo una relación complicada. La red social ha marcado uno de sus vídeos como "manipulado", mientras que Facebook ha eliminado anuncios de su campaña al contener un símbolo utilizado en la Alemania nazi.

El objetivo de estas operaciones y campañas en las que habrían participado Rusia y China sería socavar el debate democrático, exacerbar la polarización social y mejorar su propia imagen en el contexto de la crisis del coronavirus.

Varios trabajadores de Facebook han renunciado a sus puestos, y han sido muy críticos con la posición que ha tomado la compañía frente a las publicaciones de Trump.

Tuvieron que renunciar a la tradicional concentración en el exterior de la oficina al estar casi todos trabajando en remoto por el coronavirus, lo que ha dificultado medir el respaldo a la iniciativa.

Una 'amenaza' tuitera realizada el miércoles se convirtió ayer en toda una orden ejecutiva que pone a prueba uno de los pilares legislativos de Internet en Estados Unidos.

Horas antes de la advertencia lanzada por Trump, Twitter lo había corregido por una afirmación "sin fundamento" sobre un posible fraude electoral a causa del voto por correo.

En juego hay 10.000 millones de dólares que podrían cambiar el equilibrio de poderes dentro de la industria del cloud computing.

Un vídeo demuestra cómo las imitaciones se pueden llevar a otro nivel gracias a los deepfakes. Además, nos muestran cómo es el trabajo "detrás de las cámaras" para conseguir estos resultados.

Otro episodio más de la guerra entre Estados Unidos y China, en el que Estados Unidos resulta la parte ganadora.

En realidad, la reunión entre Assange y un congresista republicano estadounidense fue de dominio público en 2017.

Instagram se encuentra en el fuego cruzado de la política internacional tras la muerte del general iraní Soleimani.