China pude tener listo su propio sistema operativo en octubre. No se trata de un rumor ni de una sospecha, sino de la declaración de un alto responsable del proyecto realizada ante la agencia de noticias Xinhua, la más grande del país y la oficial del gobierno.
El sistema operativo está dirigido a su uso en el escritorio, con la intención de extenderse a dispositivos móviles. La meta última es poder competir contra rivales de la talla de Microsoft, Apple y Google, con un desarrollo de construcción nacional.
El nuevo sistema operativo debería ser capaz de sustituir en un plazo de entre uno y dos años a los que se emplean en la actualidad en el escritorio, y a los sistemas operativos móviles en el curso de los próximos tres o cinco años.
China quiere alcanzar su independencia tecnológica. Las revelaciones de Edward Snowden sobre el espionaje que realiza EE.UU a las principales potencias extranjeras, ha aumentado el recelo del gigante asiático. Con esta iniciativa se quiere también proteger la industria local.
Las autoridades chinas ya manifestaron su disconformidad con el control que ejerce Google sobre la industria de telefonía china a través de su sistema operativo Android, discriminando, a su entender, a algunas empresas del país.
Por otro lado, el enfrentamiento con Microsoft se ha ido caldeando en los últimos meses. Recordemos la prohibición del uso de Windows 8 en los ordenadores del gobierno, y la posterior inspección sorpresa en varias oficinas de la empresa norteamericana. La prohibición se ha llevado a cabo invocando razones de seguridad, y la inspección por supuestas prácticas monopolistas.
La base sobre la que descansa el nuevo sistema operativo pudiera ser GNU/Linux, en especial Ubuntu, tras el acuerdo de colaboración entre Canonical y el gobierno chino realizado a principios del año pasado. Tal vez con un enfoque en la misma linea, salvando las distancias, que Red Star OS. Si se cumple el calendario, en octubre lo sabremos.
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