Mañana sábado la ciudad de Sevilla acoge la final de la Copa del Rey de fútbol 2023. Y, como de costumbre, las entradas siguen revendiéndose por Internet hasta el último momento… pero no todas las que se encuentran disponibles en los portales web de compraventa son auténticas.
De hecho, la Guardia Civil ha empezado a advertir a los usuarios de la existencia de estafas en torno al partido que disputarán Real Madrid y Atlético Osasuna en el estadio de La Cartuja.
Según informa la Benemérita, estas entradas fraudulentas se estarían vendiendo por entre 130 y 250 €. Todas ellas llevan impresa la palabra 'invitación', pero se distinguen de las invitaciones verdaderas por la siguiente serie de elementos:
- Muestran la fecha escrita con números, mientras que la original lo hace con letras.
- No incluyen todos los patrocinadores del evento.
- El código de barras está incompleto.
Si has comprado tus entradas "fuera de los cauces oficiales", la Guardia Civil aconseja "analizar con detenimiento las entradas" para descartar que seas víctima de alguna clase de fraude. Si tienes dudas, te recomiendan contactar con "organismos oficiales para comprobar la autenticidad de las mismas":
"La entrada original figura en la web de la Real Federación Española de Fútbol y no existe diferencia entre invitación y la entrada con un precio determinado".
Ya hay detenidos
Ya ha habido al menos una detención relacionada con esta trama, aunque no se ha aclarado que sea la única persona detrás de la misma. Según informa Telemadrid,
"Una orden de detención emitida después de una investigación de Guardia Civil de Navarra, ha permitido llevar a cabo la detención por parte de Policía Nacional en Alcorcón de un varón de 37 años de edad y residente en Asturias como presunto autor de un delito de Estafa.
El detenido, en las últimas semanas se había dedicado a la venta de entradas falsificadas para la final de Copa del día 6 de mayo en Sevilla por todo el territorio nacional".
Según ha trascendido, el detenido publicitaba las entradas "en un conocido portal de compraventa de productos de segunda mano", y explicaba a los potenciales compradores que las vendía por no poder acudir al encuentro. Con el objetivo de dejar el menor número de pruebas, el estafador realizaba la transacción en mano, desplazándose hasta el municipio de residencia del comprador.