Una nueva campaña de vishing está en marcha en España, y apunta contra los más vulnerables a esta clase de estafas: las personas mayores. Y lo hacen, como es normal con esta técnica, suplantando vía telefónica a una entidad bancaria.
De hecho, dejar de lado los SMS y e-mails en favor del teléfono favorece que sean capaces de llegar a este tipo de víctimas. Además, los 'locutores' no muestran acento extranjero alguno, aspecto que suele vincularse a los timos telefónicos.
Sumémosle a eso llamadas personalizadas, gracias a contar previamente con información personal sobre los receptores de las mismas, y tendremos entre manos una estafa creíble y, por ello, terriblemente efectiva.
Un ejemplo de esto es su conocimiento de la ubicación geográfica de la víctima, pues se hacen pasar por Abanca, una entidad con una alta cuota de clientes en la zona de residencia de una de las víctimas de la estafa.
Así se lleva a cabo la estafa
Las llamadas se realizan desde al menos dos números de teléfono móviles originarios de España (671387153 y 647043394), lo que inicialmente evita que las alarmas se disparen en un momento en el que nos llegan tantas llamadas sospechosas procedentes de países exóticos.
El modus operandi es sencillo: los ciberdelincuentes, haciéndose pasar por empleados de nuestro banco, afirman que ha habido cargos sospechosos (valorados en varios cientos de euros) en la tarjeta bancaria de la víctima y solicitan su confirmación desde un supuesto 'Centro de seguridad' de la entidad financiera.
Pero, para ello, piden el número de tarjeta... algo inusual considerando que los bancos ya disponen de esta información.
Cuando las víctimas expresan su sorpresa por la solicitud del número de tarjeta, los estafadores ofrecen excusas inverosímiles (como que el centro de seguridad es independiente del banco) y amenazan con que los cargos serán efectivos si no se proporciona la información de la tarjeta de inmediato.
Sin embargo, la verdad es que estos estafadores sólo están interesados en obtener el número de la tarjeta para ser ellos quienes roben el dinero de la cuenta bancaria de la víctima: los supuestos cargos son completamente ficticios y diseñados para generar pánico en la víctima.
Un detalle adicional que agrava esta situación es el momento en que se realizan estas llamadas fraudulentas: los fines de semana, especialmente los domingos por la mañana. Esto impide a las víctimas contactar con el banco real y verificar la autenticidad de la llamada.
Y si todo esto no te hace odiar a los estafadores, El Grupo Informático desvela que, cuando el operador se vio descubierto por la potencial víctima, no se cortó a la hora de presumir de sus 'hazañas':
"Acabo de robarle tres mil pavos a una vieja, y en nada le robaré a otra".
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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