El día ha llegado, el nuevo Microsoft Edge basado en Chromium se convierte oficialmente en el navegador oficial de Windows 10 y lanza su primera versión estable al mundo unos 10 meses después de haber sido presentado en versión preliminar.
Esta servidora lleva más de seis meses usándolo como su navegador principal tanto en Windows como en macOS, y a pesar de solo haber contado con versiones Developer y Beta, hasta ahora no he sentido la necesidad de volver a otro navegador, ni mucho menos al mismo Chrome.
Y es que, para los que utilizan Chrome, que nadie puede negar es la extrema mayoría de los usuarios de Internet, el navegador de Google resulta difícil de reemplazar, tanto que muchos prefieren lidiar con su elevado consumo de recursos a cambio de todas las demás ventajas que ofrece.
Qué ofrece Edge
Al ejecutar el navegador por primera vez lo que vas a sentir es que estás frente a algo muy parecido a Chrome, pero a la vez muy parecido al otro Edge. La mayor ventaja de este navegador es que combina lo mejor que tenía ese Edge clásico, con algunas de las mejores cosas de Chrome, y lo logra ofreciendo un consumo relativamente menor de recursos.
Por ejemplo, Edge Chromium incluye un modo lectura muy completo para leer los artículos en sitios web sin distracciones, con múltiples preferencias para el texto tanto en tamaño de letra como en colores de fondo y resaltado. Es algo que trajo del Edge clásico.
Además de eso cuenta con una función única de lectura en voz alta que puedes configurar para que diferentes tipos de voces te lean todo el texto en pantalla, y la verdad es que funciona de maravillas y puede resultar muy útil en diferentes ocasiones y para personas que no pueden leer el texto. Algo que no tienen otros navegadores populares.
Migrar a este navegador también es muy sencillo, especialmente si usas Windows y ya tienes una cuenta de Microsoft. Solo tienes que importar todos tus marcadores y resto de datos de navegación, y podrás sincronizar y guardar todo en la nube con tu cuenta.
Si bien pierdes la sincronización con tu cuenta de Google, Edge también parece gozar de una carga menor al haberse deshecho de todos los servicios de Google que se ejecutan en Chrome. El consumo de recursos de este navegador tiende a ser menor por pestaña y aplicación, la diferencia no es enorme, pero cuando se acumula al abrir montones de pestañas, se hace más significativa.
No necesariamente estamos diciendo que Edge consuma menos memoria, pero su uso del CPU suele ser más moderado. Por ejemplo, usando las mismas 10 extensiones y abriendo las mismas 12 pestañas, Edge llega incluso a consumir hasta 100 MB menos de memoria, su uso de CPU es menor y Windows 10 lo identifica siempre como un programa con baja o muy baja tendencia al consumo de energía.
Este no siempre es el caso con la memoria, Edge puede llegar a consumir más que Chrome en ciertas situaciones, pero lo que si es constante es el menor uso de CPU, lo que lo convierte también en una mejor opción para portátiles, porque se va a comer la batería menos rápido, y esto es una ventaja que hereda del Edge clásico.
Es lo que he podido comprobar en macOS, en un Macbook Air usar Chrome implica reducir la duración de la batería casi a la mitad en comparación con usar algo como Safari, pero con Edge Chromium si bien no se obtiene el mismo jugo que con el navegador de Apple, si se obtiene mucho más que con Chrome, hasta un par de horas más.
También quiero destacar el buen trabajo que ha hecho Microsoft con los menús y la forma en la que muestra las opciones y configuraciones disponibles, especialmente a la hora de instalar aplicaciones web progresivas. En Chrome tienes que básicamente adivinar que ir al menú de "Más herramientas" y luego elegir "Crear acceso directo" te instala una web como app independiente sin controles del navegador.
En Edge solo tienes que ir al menú de Aplicaciones y seleccionar Instalar esta página como aplicación. Es mucho más intuitivo, especialmente cuando el navegador no detecta automáticamente que estás frente a una PWA y no te muestra el botón de instalación en la barra de URL.
Y no solo eso, ya Microsoft está planeando que las PWA sean más parecidas a una app nativa en Windows 10 con notificaciones personalizadas, desinstalación desde el panel de control, e incluso su propio nombre en el Administrador de tareas.
Si bien el menú de ajustes está también muy bien diseñado y ordenado, tengo que quejarme de lo escondida que se encuentra la opción para cambiar buscador por defecto, sepultada bajo un mar de texto.
En Edge tienes que ir a Privacidad y servicios, bajar hasta la última opción: Barra de direcciones, y ahí vas a encontrar las opciones para administrar motores de búsqueda. No está precisamente a la mano y a más de uno le puede molestar la idea de que tiene que quedarse con Bing para siempre, cuando no es así.
Justamente en el apartado de privacidad hay que destacar también las opciones de prevención de seguimiento de Edge, que te ofrecen tres tipos de perfiles, incluyendo uno estricto que bloquea todo tipo de rastreadores. Además, incluso el modo equilibrado se activa por defecto, algo que no pasa en Chrome.
Por qué Edge y no otro navegador basado en Chromium
Basarse en Chromium ha supuesto un renacimiento para Edge, que nunca fue un navegador malo, pero tampoco uno que se destacara por encima de casi cualquier otra alternativa, especialmente por su casi nulo soporte de extensiones.
Edge no es ni el primero ni será el último navegador alternativo en basarse en Chromium, por lo tanto al hablar de él tenemos que hablar del mismo Chrome, y de alternativas como Opera, o Vivaldi o incluso Brave. Todos estos tienen en común que se basan en el proyecto open source de Google, pero quien los haya probado sabe que ofrecen experiencias bastante diferentes.
Todos tienen ventajas y desventajas, y si lo que quieres es reemplazar Chrome, se puede hacer con cualquiera, pero al menos en mi propia experiencia, ha sido con Microsoft Edge con el que menos fricción he encontrado, al punto de llegar a reemplazar de forma permanente al navegador de Google en todos mis ordenadores y sistemas.
Con cualquier otro navegador basado en Chromium obtienes la enorme librería de extensiones para Chrome, y Edge no es la excepción, aunque además cuenta con su propia tienda de extensiones dedicada con varias de las más básicas.
Sin embargo, es posible que sea con Edge con el navegador que menos termines extrañando Chrome en comparación con algo como Opera o Vivaldi. Si usas Windows 10 es probable que ya tengas una cuenta de Microsoft y no necesitarás crear otra más para sincronizar datos con un nuevo navegador.
En todas las experiencias de uso que he tenido con otros navegadores, al final el consumo de recursos termina siendo el mismo que con Chrome, y con ningún otro excepto Edge, ha sido tan buena la experiencia al instalar aplicaciones web, algo que puede ser determinante si dependes de muchos servicios que han optado por abandonar el desarrollo de apps nativas.
El Edge basado en Chromium probablemente sea el mejor navegador que ha producido Microsoft en su historia, y tras el mal sabor que nos dejó Internet Explorer, y la indiferencia que causó el Edge clásico, parece que esta vez si estamos nuevamente frente a una opción competitiva, a pesar de que en el fondo esté construido sobre el mismo esqueleto de la mayoría del resto de alternativas.
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