Si bien el desarrollo de la tecnología ha llevado aparejado, entre otras muchas cuestiones, la mejora y alumbramiento de nuevas conexiones cada vez más veloces, lo cierto es que las páginas web también han incrementado su complejidad y funciones, unos rasgos que aumentan su peso y que, por lo tanto, requieren de intervalos de carga superiores.
Sin embargo, parece que acelerar estos tiempos podría haberse convertido en una realidad, pues el propio MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) ha alumbrado un software que lo hace posible: Polaris. Un proyecto desarrollado por los investigadores del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) que nos ha llamado poderosamente la atención.
En qué consiste Polaris
En concreto, lo que hace el sistema es simplificar la tarea del navegador a la hora de recabar los elementos necesarios para llevar a cabo la carga completa de una página (archivos HTML, imágenes, JavaScript, etcétera); algunos de los cuales están ligados a otros en una suerte de cadena que obliga al “browser” a volver atrás para recuperar estos objetos dependientes.
Y es precisamente en este punto donde entra a actuar Polaris, reduciendo dicha “ida y vuelta” y creando una guía, un mapa en el que figuran todas estas dependencias e interdependencias de una página web, de tal modo que el navegador conoce previamente qué es, con exactitud, lo que va a tener que cargar.
Además, resulta muy sencillo integrarlo en Chrome, Firefox, Opera y similares; y ya ha sido probado en 200 sitios web distintos con tal éxito que consigue acelerar la carga hasta en un 34%. Una iniciativa tremendamente útil que se presentará de manera oficial en el próximo simposio de diseño e implementación de sistemas en red ISENIX, el próximo miércoles 16 de marzo.
Otras consideraciones
Al margen de lo dicho, su iniciativa nos lleva a acordarnos, inevitablemente, de las recién estrenadas páginas móviles aceleradas de Google. Una propuesta dada a conocer en octubre del año pasado pero que se puso en marcha el 24 de febrero. Un producto que promete revolucionar la navegación en esta clase de dispositivos y para la que medios de la talla del Wall Street Journal, el Whashington Post y hasta Buzfeed están preparadas.
Sus únicos objetivos, sin embargo, no son los de conseguir que las webs se carguen de manera más ágil y mejorar la experiencia de usuario, sino que los de Mountain View también tratan de acabar con los problemas derivados de los cada vez más frecuentes bloqueadores de anuncios que, por supuesto, están haciendo mella sobre sus ingresos por publicidad.
Asimismo, la iniciativa constituye su particular respuesta a otros servicios alumbrados por Facebook y Apple (con Instant Articles y News respectivamente); eso sí, de código abierto, un hecho que permite la colaboración de todos aquellos que deseen mejora su idea, a la que ya se han sumado más de 4.500 desarrolladores.
Dejando a un lado las páginas web, algunas de las últimas iniciativas llevadas a cabo por el MIT en materia de software son la creación de un bot de Twitter capaz de imitar el lenguaje de Donald Trump; un proyecto basado en la sencillez del discurso del candidato republicano que responde al nombre de Deep Drumf y que emplea las llamadas técnicas de aprendizaje profundo de inteligencia artificial.
En diciembre y también en este ámbito, el instituto desarrolló un algoritmo perfecto para los amantes de la fotografía: MemNet, una herramienta que evalúa la facilidad con la que se recordará una imagen y que nos permitirá tomar capturas inolvidables. Su sistema, concretamente, elabora una especie de mapa de calor de las distintas zonas de una foto; un funcionamiento que determina cuáles son las más atractivas para nuestros ojos.
Algo que consigue también gracias a este campo de la inteligencia artificial que, por cierto, emplea redes neuronales para enseñar a los ordenadores a filtrar cantidades ingentes de información de un modo independiente y “llegar a tales niveles en el proceso cognitivo”.
Por otra parte, a principios de enero de este mismo año, la entidad creó otro (algoritmo) para que los drones consiguiesen superar con mayor éxito los obstáculos; una tecnología que mejora la capacidad de respuesta y permite al aparato “pensar” y llevar a cabo diferentes acciones y movimientos de forma mucho más rápida, como puede apreciarse en el vídeo que precede a este párrafo.
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