Los trabajadores de los países occidentales pasan una media de 6 horas diarias delante de un ordenador. Es decir, 1.548 horas al año. Además de los posibles dolores de espalda por una mala postura, los problemas relacionados con la visión son las quejas más frecuentes de este tipo de trabajadores, según la Asociación Americana de Optometría (AOA). Algunos estudios cifran entre el 50 y el 90 por ciento de los usuarios de ordenadores los que sufren algún tipo de molestia visual.
De hecho, y en la medida en que los ordenadores son una parte de nuestra vida cotidiana, cada vez más personas experimentan una variedad de síntomas oculares relacionados con el uso de estas pantallas. Fatiga ocular, ojos cansados, irritación, enrojecimiento, visión borrosa y visión doble…
Las estadísticas son claras: si pasas más de 2 horas al día frente a una pantalla, tienes un 90% de probabilidades de desarrollar lo que se conoce como Síndrome Visual Informático. Y el no tener una correcta visión puede hacer que disminuya hasta en un 20% la productividad del trabajador.
El mito de acabar con gafas
Por tanto, es cierto que muchas personas que trabajan con un ordenador experimentan molestias oculares y/o problemas visuales. Sin embargo, de ahí a que vayas a llevar gafas obligatoriamente hay un abismo.
Los estudios actuales constatan que es improbable que el uso de estas pantallas ocasione cambios o daños permanentes en los ojos o en el sistema visual. Son unas molestias tan temporales que los problemas de visión que experimentan quienes trabajan con ordenadores se reducen al finalizar el día y el trabajo con el ordenador.
Es decir, que en general, puede decirse que mirar y trabajar con un ordenador no puede causar un daño ocular permanente, sino solo algunos problemas irritantes, como la tensión ocular y los ojos secos.
Cómo saber si padeces este síndrome
Existen multitud de síntomas, molestias y daños oculares y visuales asociados al uso continuado o inadecuado de ordenadores. En la mayoría de los casos, estas molestias se producen porque la demanda visual de la tarea supera las habilidades visuales del usuario para poder realizarla de manera confortable.
El grado en que las personas experimentan estos síntomas depende, por tanto, del nivel de sus habilidades visuales y de la cantidad de tiempo dedicado a mirar una pantalla. Si tienes problemas de visión no corregidos (como hipermetropía y astigmatismo) o simplemente te vas haciendo mayor y empiezas a padecer presbicia, tus probabilidades de desarrollar problemas cuando miras la pantalla de un ordenador o dispositivo digital son mayores.
Además, el uso de nuevos dispositivos como smartphones, tablets u ordenadores portátiles exigen un mayor uso de nuestra capacidad visual. El hecho de que estas pantallas no solo estén en el ámbito laboral sino también en el doméstico y educativo hace que su uso excesivo, prolongado o inadecuado afecte a todas las edades, incluso a nivel infantil. No es algo que afecte a todas las personas, pero sí a muchas de ellas.
Si pasas más de 2 horas al día frente a una pantalla, tienes un 90% de probabilidades de desarrollar lo que se conoce como Síndrome Visual Informático
En cualquier caso, este conjunto de síntomas se definió por la Asociación Americana de Optometría como el Síndrome Visual Informático (SVI). Según su definición, estamos ante un “complejo de problemas oculares y visuales relacionados con el trabajo de cerca, experimentado durante o relacionado con el uso del ordenador”.
Los síntomas más comunes son fatiga visual, dolores de cabeza, visión borrosa, ojos secos y dolor de cuello y hombro. Una mala iluminación, el resplandor en una pantalla digital, distancias de visualización incorrectas, mala postura de asiento, problemas de visión no corregidos o una combinación de estos factores son las causas más frecuentes de esta dolencia.
La pantalla no es la única culpable
Estos problemas pueden tener un impacto significativo no solo en el confort visual, sino también en la productividad del trabajo, ya que siete de cada diez usuarios experimentan estos síntomas visuales.
¿Son estos problemas exclusivos del uso de la pantalla? No. Al menos no todos. Algunos estudios afirman que las respuestas a las pantallas electrónicas parecen ser similares a las encontradas al ver los materiales impresos y que estos síntomas también se observan en profesiones que no pasan tanto rato delante de un ordenador.
En cualquier caso, los síntomas del ojo seco sí que parece que tienen un mayor impacto durante el funcionamiento de los ordenadores. La razón puede estar en que se produce una disminución en la velocidad de parpadeo y la amplitud del mismo, así como el aumento de la exposición de la córnea.
Primera medida: siéntate bien
Para combatir este síntoma hay varias pautas que se pueden seguir. Quizá la más reconocida sea la conocida como regla 20-20-20: tomar un descanso de 20 segundos cada 20 minutos para ver algo a 20 pies de distancia (unos 5 o 6 metros).
Pero, además, sentarse bien en el puesto de trabajo resulta fundamental. Ajustar la silla al escritorio, tener una iluminación adecuada y adoptar una postura ergonómica del monitor, además de realizar descansos regulares, pueden ayudar a mejorar el confort visual.
Así, la mayoría de las personas encuentran más cómodo ver un ordenador cuando los ojos están mirando hacia abajo. De manera óptima, la pantalla del ordenador debe estar entre 15 y 20 grados por debajo del nivel de los ojos.
Los problemas de visión relacionados con este síndrome se reducen al finalizar el trabajo con la pantalla
Además, debes colocar la pantalla de manera que evites el deslumbramiento, especialmente de la iluminación o las ventanas. Puedes utilizar persianas o cortinas en las ventanas y reemplazar las bombillas en las lámparas de escritorio por otras de menor potencia.
En cuanto al asiento, este debe ser ligeramente acolchado y que se ajuste a tu cuerpo. La altura de la silla debe permitir que tus pies toquen el suelo. Si la silla tiene brazos, deben ajustarse para proporcionar soporte de brazo mientras está escribiendo. Las muñecas no deben descansar en el teclado al escribir.
Tómate descansos
Para evitar la fatiga ocular, los descansos son muy importantes. Cuanto más largas sean las jornadas delante de un ordenador, más prolongados deben ser estos periodos de inactividad.
Así, se recomienda descansar los ojos durante 15 minutos después de dos horas de uso continuo del ordenador. Además, y como ya hemos mencionado, por cada 20 minutos de visualización de la pantalla, se debe mirar algo en la distancia durante 20 segundos para permitir a sus ojos una oportunidad de reenfocarse.
Otra medida que puedes tomar, con el fin de minimizar las probabilidades de desarrollar el síntoma de los ojo secos, es hacer el esfuerzo por parpadear con frecuencia, ya que está demostrado que el parpadeo mantiene la superficie frontal del ojo húmedo.
Si eres de los que padeces sequedad en los ojos, tu óptico de confianza puede recomendarte unas gotas para favorecer la humedad ocular.
Ponte en manos de un profesional
Como vemos, muchos de los síntomas visuales experimentados por los usuarios son solo temporales y se pasan al acabar el trabajo. Sin embargo, algunas personas pueden seguir experimentando estas capacidades visuales reducidas de forma continua, especialmente la visión borrosa. Si no se hace nada para resolver la causa del problema, los síntomas continuarán repitiéndose y quizás empeorando con el futuro.
El Síndrome Visual Informático puede ser diagnosticado a través de un examen ocular que puedes solicitar en tu óptica. La historia del paciente o la presencia de cualquier problema de salud general, así como la toma de medicamentos o factores ambientales también pueden contribuir a estos problemas.
Sobre todo con el paso de los años, sí puede ser cierto que sea necesario el uso de unas gafas. Y, si ya tienes que utilizarlas por cualquier otra razón, deberías comentar con tu óptico la necesidad de que las adapte a este problema, ya que pueden no estar preparadas para este cometido.
Tener problemas de visión no corregidos o una menor habilidad visual puede afectar al grado en que padezcas este síndrome
Algunos usuarios de ordenadores experimentan problemas con el enfoque ocular o la coordinación ocular que no pueden corregirse adecuadamente con gafas o lentes de contacto. Por tanto, es posible que sea necesario llevar a cabo un programa de terapia de la visión para tratar estos problemas específicos.
La terapia visual, también llamada entrenamiento visual, es un programa estructurado de actividades visuales prescrito para mejorar las habilidades visuales. Se entrenan los ojos y el cerebro para trabajar juntos de manera más eficaz. Estos ejercicios de los ojos ayudan a subsanar las deficiencias en el movimiento de los ojos, el enfoque ocular y el trabajo en equipo y refuerzan la conexión ojo-cerebro. El tratamiento puede incluir procedimientos de entrenamiento en el hogar y en el trabajo.
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