El correo electrónico lleva mucho tiempo entre nosotros sin sufrir grandes transformaciones. Para muchos, es un elemento más del día a día. Sin más. Para otros, un mal menor que hay que soportar porque no tiene una fácil solución más allá de parches más o menos útiles como en su momento lo fue Gmail o más recientemente aplicaciones como Inbox, Outlook Mobile o Spark.
Partiendo de este planteamiento, y de la premisa de que el correo electrónico se siente en la actualidad más como una tarea que como una alegría, nace HEY.
"Es un rehacer, un replanteamiento, una simplificada y potente reintroducción del correo electrónico. Un nuevo comienzo, como debe ser. [...] Nuestra carta de amor al correo electrónico", dicen sus responsables, las mentes tras Basecamp, que ofrecen HEY por 99 dólares estadounidenses al año.
Así funciona HEY, la reinvención del correo electrónico
En HEY todo comienza con un sí o un no. Una afirmación o una negación que regirán las relaciones futuras de todo aquello que llegue a nuestra dirección @hey.com. Porque cuando alguien nos envía un correo electrónico por primera vez a este servicio, el mensaje no llega directamente a nuestra bandeja de entrada, sino que aterriza en lo que han llamado The Screener.
En este espacio, es donde damos los síes o los noes. Decidimos, explican en la ayuda de HEY, si queremos saber del remitente o no. Un sí y los próximos correos entrarán normalmente en la bandeja. Un no y nunca más volveremos a saber sobre dicho emisor. Por simplificar, la idea es que la recepción se base siempre en el consentimiento y nada llegue sin permiso.
A partir de aquí, los cambios siguen en la bandeja de entrada. En realidad, en las tres bandejas de entradas existentes, una división que recuerda a las categorías presentadas en pestañas que Gmail presentó hace años.
En primer lugar tenemos The Imbox, el lugar al que llegan los correos que consideramos importantes y que deseamos leer inmediatamente, así como también los correos que todavía no hemos marcado como propios de los otros dos espacios: The Feed y The Paper Trail.
A The Feed van el correo electrónico no urgente como los boletines de noticias o los correos recibidos mediante listas de distribución que leemos ocasionalmente; un lugar, además, en el que todo está abierto previamente para que la lectura no sufra fricciones. En The Paper Trail termina lo más accesorio y menos importante, como recibos que rara vez vamos a necesitar supervisar si todo está bien. Y todo se elige la primera vez que recibimos un mensaje desde una dirección concreta.
Los dos últimos puntos especialmente destacables es la gestión de los correos que necesitamos responder más adelante y los adjunto. Para los primeros, la función Responder más tarde de HEY se articula como una lista de pendientes. Clicamos sobre ella en un correo y este se va a un espacio al que accederemos en el momento en el que podamos responder.
Cuando llegue, haremos clic en el botón Focus & Reply y accederemos a un espacio en el que los correos electrónicos ya estarán abiertos unos tras otros y tendrán a su lado un espacio para escribir la respuesta. Conforme vayamos respondiéndolos, los mensajes se convertirán en una suerte de tarea hecha.
Para los adjuntos, el enfoque es igualmente simple: si buscamos un adjunto, ¿por qué primero debemos buscar el correo electrónico que lo contenía? Para solucionarlo, HEY de Basecamp dispone de una biblioteca de archivos adjuntos donde se encuentran todos los ficheros recibidos organizados, etiquetados e identificados. Con ello, presumen, encontraremos lo que buscamos más fácilmente y sin necesidad de recordar en qué correo lo recibimos.
HEY también dispone de otras funciones interesantes como la posibilidad de añadir notas a los correos para identificarlos mejor si el asunto no nos dice nada, ignorar hilos de mensajes, combinar correos sobre un mismo tema aunque lleguen con asuntos y en conversaciones distintas, notificaciones selectivas y bloqueo de rastreadores.
Todo por 99 dólares estadounidenses al año con una prueba gratuita inicial de 14 días y la promesa de que el usuario no será el producto, pullita a Google incluida. "El correo electrónico 'gratuito' como Gmail no es gratuito: tú pagas renunciando a su privacidad y a tus valiosos datos personales. Eso es caro", aseguran. "Como no estamos en el negocio de la invasión de la privacidad, cobramos un total de 99 dólares al año por HEY. Es razonable".
i won't say i'm not tempted but $999 per year is a liiiiitle much.... i'd pay it once though 😅 pic.twitter.com/D4SPt8dwXL
— Owen Williams ⚡ (@ow) June 16, 2020
Pese a todo, las primera críticas no han tardado en llegar. La ingeniera Jane Manchun, por ejemplo, ha criticado una limitación que probablemente resultará crucial para mucho: no es posible importar nuestro antiguo correo electrónico. Tampoco, además, usar HEY con otro cliente de correo electrónico.
"¿En serio? Esto es un bloqueo completo del ecosistema", ha tuiteado Manchun. "Soy un firme creyente de apoyar y apegarse a estándares y protocolos abiertos, como IMAP y SMTP, que se pueden construir productos en la parte superior. No entiendo por qué los productos de hoy en día tienden a no trabajar con estándares abiertos, y en su lugar acoplar sus productos con los de propiedad".
También ha llamado la atención que HEY ofrezca direcciones de correo electrónico premium de dos y tres caracteres por 999 y 349 dólares anuales respectivamente. "No diré que no estoy tentado, pero 999 dólares al año es un poco demasiado... aunque lo pagaría una vez", ha tuiteado, quien lo ha difundido.
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