Si bien es cierto que Dropbox viene postulándose desde hace años como una de las grandes favoritas de su sector, ha sido esta misma semana cuando la compañía de almacenamiento ha dado a conocer el número de usuarios con la que cuenta actualmente: 500 millones. Una cantidad nada desdeñable que evidencia un salto espectacular.
El hito, sin embargo, nos obliga a preguntarnos a qué se debe este crecimiento, especialmente en un año en el que la plataforma ha apostado por un amplio elenco de iniciativas que, a priori, parecen haber dado resultado. Para ello, resultará imprescindible analizar las cifras con mayor detalle, así como examinar en qué medida han afectado a la plataforma sus últimos cambios.
Algunos datos curiosos
Al margen de lo dicho y antes de entrar en mayores vicisitudes, nos centraremos en algunos de los datos más significativos que refleja el anuncio de la entidad. Llama la atención, por ejemplo, que el 75% de estos 500 millones de usuarios no pertenezca a los Estados Unidos, un rasgo que denota la internacionalización de Dropbox y que también avalan los registros más recientes.
De hecho, la multinacional afirma que estos proceden de “diversas partes del mundo como Brasil, la India, Alemania y el Reino Unido”, entre otros. Además, casi la mitad de los que lo hicieron (el 44% exactamente) fueron motivados por sus amigos, conocidos, familia o compañeros de trabajo. Una realidad que, desde luego, pone de relieve una satisfacción suficiente como para recomendar el servicio.
Respecto a años anteriores se aprecia, asimismo y ni más ni menos, que un crecimiento de hasta el 51% respecto al 2014, cuando se contabilizaron 300 millones. En junio del 2015 la cantidad ascendió a los 400; unos datos que evidencian la velocidad con la que se ha fraguado este ascenso. Pero, ¿a qué se debe exactamente?
Un año sembrado de cambios
Así y desde su alumbramiento en 2007, la herramienta ha mejorado notablemente; un desarrollo que el último año le ha llevado a apostar por nuevas iniciativas que dejó a un lado en sus albores. Pero no solo eso, sino que la compañía también ha sabido dar marcha atrás en otros aspectos.
El cierre de Mailbox (el 26 de febrero) y la inminente eliminación de Carousel (el 31 de marzo) constituyen claros ejemplos. Un anuncio que hicieron público en diciembre pero que no conlleva demasiados problemas para sus clientes, pues las fotografías seguirán estando en Dropbox y algunas herramientas de esta primera se integrarán con Paper.
Precisamente octubre fue el mes de esta utilidad (anteriormente Notes), un sistema de aspecto minimalista que pretende sombra a Google Docs y que nos deja editar no solo notas, sino todo tipo de documentos –hojas de cálculo, listas de tareas, presentaciones y demás- de manera colaborativa entre dos o más personas. Sin embargo, no fue su primera incursión en el ámbito de la ofimática, pues se había aliado con anterioridad con Microsoft y Adobe.
Asimismo y hace tan solo un par de días, The Information sugirió que Dropbox podría añadir un chat de trabajo a su página. De hecho, el servicio habría estado trabajando en esta característica desde al menos hace dos años.Ahora bien, la susodicha no hizo comentario alguno sobre esta supuesta filtración y, evidentemente, tampoco dio detalle alguno sobre su lanzamiento que, de llevarse a cabo, acabaría con algunos de sus problemas y podría llegar a ganarle terreno a apps de la talla de Slack y Yammer.
En todo caso no sería la primera de estas iniciativas, sino que ya en septiembre cuando el gigante estrenó su chat Zulip de código abierto (adquirido más de un año antes); una herramienta compatible con Mac, Linux, Windows, Android y iOS que también nos permite crear un servidor propio. Una alternativa también llamada a rivalizar con Slack, HipChat, Campfire y Unison, entre otras.
Unas propuestas lanzadas cuando la apuesta por la empresa de Dropbox se encuentra en uno de sus puntos más álgidos. ¿Su planteamiento? El de “pintar” a las compañías como héroes de sus usuarios, permitiéndoles usar las mismas herramientas de las que se sirven en sus ordenadores personales. Algo que, según los expertos, está implementando el ex jefe de operaciones de Google, Dennis Woodside, que pretende “priorizar los clientes corporativos frente al mercado de consumo”.
Un rumbo que, a priori, consideramos bastante acertado, especialmente si tenemos en cuenta que un reciente estudio del Virgin Media Business estimó que un 60% de los empleados que actualmente trabajan en oficinas podrían hacerlo desde casa antes del 2022, el mismo porcentaje de usuarios que emplea Dropbox con fines laborales. Su integración con otras herramientas como WhatsApp y Conceptboard también favorecerán su escalada.
Otras consideraciones
Por otra parte y aunque el número llama la atención por si mismo y evidencia la adopción de su servicio, todavía quedan algunas cuestiones en el tintero que no podemos dejar de comentar. Por ejemplo, el gigante del almacenaje no deja demasiado claro si los datos responden a las personas registradas o a las cuentas, ni tampoco cuántas de estas últimas están activas. Unos puntos que no deberíamos obviar, especialmente si tenemos en cuenta que un mismo sujeto puede emplear dos perfiles distintos y que estos se sumarían al cómputo final.
Además, su comunicado afirma que son 150 mil las empresas que pagan por su producto, una cifra que, curiosamente, ya dieron a conocer en una conferencia celebrada el pasado mes de noviembre y que nos hace pensar, más que en un estancamiento, en una errata; especialmente porque la entidad asegura que cada trimestre añade hasta 25 mil clientes de negocios de pago cada trimestre. Un hecho que, de cumplirse, ascendería hasta 175 mil este tipo de clientes.
Tampoco deberíamos perder de vista el papel de aplicaciones como BitTorrent Sync –que incluso llegó a asegurar que era siete veces más rápida que Dropbox-, que se han convertido en grandes competidores. Unas utilidades que nos brindan la oportunidad de sincronizar ficheros entre varios dispositivos mediante la tecnología peer-to-peer (P2P).
Una cuestión sobre la que la compañía decidió empezar a cubrirse las espaldas a principios de enero, cuando supimos que había adquirido una patente específica para el intercambio de estos archivos. ¿Su objetivo? Evitar la sincronización a través de un servidor centralizado, mejorar la velocidad de descarga, evitar los cuellos de botella y facilitar el acceso en toda clase de situaciones. Unas metas que, sin duda, podrían hacerles más fuertes.
En Genbeta | El salto de Dropbox: la compañía adquiere una patente para el intercambio de archivos P2P
Ver 3 comentarios