El pasado mes de septiembre la Comisión Europea aprobó la nueva y polémica Directiva sobre de Derechos de Autor en el Mercado Único Digital. Es una reforma que comenzó a fraguarse en el 2016 y aunque aprobada por la Comisión, ahora toca un periodo de negociaciones con los diferentes países en las que básicamente nos jugamos el futuro de Internet.
Esta directiva tiene dos artículos importantes que amenazan el futuro de la Internet abierta y plural como la conocemos hoy en día. El artículo 13 en específico hace responsable a las plataformas por todo lo que suban los usuarios, obligándoles a monitorizar el contenido y velar por los derechos de autor. Para YouTube la directiva es irrealista y podría tener consecuencias muy negativas tanto para creadores como para usuarios.
Si bien explican que están a favor de los objetivos del artículo 13 como tal, también creen que la propuesta actual va tener consecuencias no deseadas que afectarán profundamente los medios de vida de miles de personas. Para la plataforma, la manera en la que se quieren aplicar las nuevas medidas no es viable, simplemente porque en muchos casos los dueños de los derechos de autor no están de acuerdo en quien posee cuales derechos.
Una amenaza para le economía de los creadores
YouTube pone de ejemplo el vídeo más popular de toda la plataforma, el "Despacito" de Luis Fonsi. Explican que ese vídeo contiene múltiples derechos de autor, que van desde las grabaciones de sonido a los derechos de publicación, y aunque YouTube tiene acuerdos con múltiples entidades para licenciar y pagar por el mismo, algunos de los títulares de derechos permanecen desconocidos.
Bajo esa incertidumbre YouTube tendría que bloquear vídeos como este simplemente para evitar responsabilidad bajo el artículo 13. Cuando multiplicamos eso por la gigantesca escala de YouTube, una plataforma a la que se suben 400 horas de vídeo por minuto, los riesgos ecnómicos son tan grandes que ninguna empresa, ni siquiera una como YouTube, podrían o querrían tomarlos.
Y además de las consecuencias económicas para plataformas y creadores, está el riesgo para los redisentes europeos de simplemente quedar aislados de un montón de contenido que sería bloqueado por la plataforma en los países de la UE para evitar infracciones de derechos de autor.
Mientras tanto, ahora la Comisión Europea y los diferentes países deberán redactar un texto final, el que entraría definitivamente en vigor. La segunda votación se llevará a cabo en enero de 2019 y para ello será necesario que los 28 países adapten su legislación.
Para los que están en contra de esta directiva la lucha no ha terminado.
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