Cuando se llega a la edad de jubilación son muchas las cosas que terminan cambiando por completo en el día a día de esa persona. Los que eran trabajadores en activo dejan en estar activos y pasan a vivir de la pensión mensual que ofrece el Estado por todas las cotizaciones pasadas, o incluso aunque no se cumplan los requisitos se puede tener una pensión no contributiva.
Pero esta prestación mensual no es la única nueva situación que van a vivir los jubilados. Hacienda, y también las diferentes administraciones autonómicas y municipales, cuentan con diferentes ventajas fiscales para estas personas que ahora cuentan con un bajo nivel de ingresos.
Una ayuda fiscal que se concede a los jubilados
La primera ventaja que Hacienda concede a los pensionistas está en relación con el pago del IRPF. Este es un impuesto que como asalariados debemos pagar en nuestras nóminas, pero que para aquellos pensionistas que reciban menos de 22.000 euros brutos anuales no van a tener que pagar. Una cantidad que varía si se tienen dos o más pagadores.
Pero más allá del IRPF también podemos encontrar diferentes excepciones en otros tipos de impuestos. Estos son los siguientes:
- Bonificación en la venta de una vivienda: Hacienda libera a los mayores de 65 años de tener que declarar la ganancia patrimonial que hayan tenido con la transmisión de la vivienda habitual. Aquí se incluye tanto si se transmite a cambio de un capital o a partir de una renta. Aunque con un máximo exento de 240.000 euros.
- Bonificación en el pago del IBI: el Impuesto sobre Bienes Inmuebles es un tributo que está delegado en todos los ayuntamientos de nuestro país. A día de hoy los jubilados pueden acceder a una bonificación de hasta el 75% en el municipio donde estén residiendo. Aunque esto es algo que va cambiando dependiendo del municipio.
- Impuestos sobre las herencias: este es un tema realmente polémico en nuestro país. El hecho de pagar por recibir una herencia es cuestionado por muchas personas. Pero en el caso de los jubilados en algunas CCAA no se tiene que abonar el impuesto de sucesiones. Esto mismo ocurre con los impuestos sobre el alquiler.
- IVA: el IVA es otro de los grandes impuestos que más pueden gravar nuestros gastos diarios. En el caso de ser jubilado se puede disfrutar de algunas bonificaciones en diferentes servicios de consumo como en la sanidad, cultura o educación.
En definitiva, ser jubilado al final conlleva una serie de ventajas fiscales que son realmente merecidas después de toda una vida dedicada al duro trabajo. Aquí es donde vemos de lo importante que es cuidar a nuestros mayores, incluso hasta en materia fiscal.
Imágenes | CDC Tim Mossholder
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