Finalmente, el lobo está aquí. Llevamos meses relatando la batalla continuada de grupos de activistas contra la reforma europea de los derechos de autor. Concretamente, contra la preocupante propuesta de directiva de copyright de la Unión Europea y los artículos 11 y 13, ahora renumerados como 15 y 17. Y el día decisivo es este martes 26 de marzo: se vota en el Parlamento Europeo.
Y si decimos que el lobo está aquí es porque las idas y venidas de esta reforma en los últimos meses se ha parecido a la fábula El pastor mentiroso, atribuida a Esopo.
Pero tras un dilatado proceso burocrático en la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo, la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo, con enmiendas, acuerdos entre países y las habituales presiones de unos y otros, este martes 26 de marzo el Parlamento Europeo vota en sesión plenaria, a partir de las 12:30, el texto final de la controvertida directiva de copyright.
Últimas horas antes de la decisión definitiva
Estas últimas horas ante de la decisión definitiva sobre la propuesta final de directiva del Parlamento Europeo y del Consejo sobre los derechos de autor en el mercado único digital están marcada por la última ofensiva de las organizaciones en defensa de los derechos digitales para evitar su aprobación.
En vísperas de la votación, estos grupos de internautas respaldados por usuarios preocupados por lo que pueda suponer la aprobación de esta legislación y una notable representación de la sociedad civil y la industria tecnológica europea e incluso mundial, presionan a los eurodiputados para que rechacen la norma.
Además de celebrar manifestaciones en varias ciudades europeas, registrándose las más importantes en Alemania, los activistas tratan de canalizar la desaprobación de los internautas a través de tres plataformas en la red: #SaveYourInternet, Compromiso 2019: Contra el artículo 13 y Change.org, donde la petición en contra de la reforma contabiliza más de 5 millones de firmas.
Los otros dos espacios pretenden organizar las peticiones directas a miembros del Parlamento Europeo mediante el envío de correos o la realización de llamadas. Dos vías de comunicación para transmitir a los representantes de la ciudadanía europea un único mensaje consensuado por organizaciones de civiles de toda la Unión Europea: "no aprobéis la propuesta de directiva europea de copyright". Una apelación que suma, en vísperas de la celebración de las elecciones europeas, un compromiso de voto.
Los artículos más polémicos del texto propuesto eran el 11 y 13, renumerados en el texto definitivo como 15 y 17. El primero tiene por objetivo restringir el enlace libre hacia otros contenidos o el uso de extractos de los mismos, como los que hacen agregadores o redes sociales. Para poderlo llevar a cabo, bajo determinadas circunstancias, habrá que abonar cierta cantidad de dinero.
El segundo artículo requiere que plataformas en línea sean capaces de detectar y eliminar de una forma inmediata infracciones de derechos de autor que puedan producir sus usuarios en ellas mediante el uso de filtros durante el proceso de subida de los contenido. Una medida tildada de censora por las organizaciones detractoras de esta reforma como complicada de implementar a nivel técnico incluso para las compañías más potentes, según la industria tecnológica.