Los últimos tres años en Internet y en las redes sociales no se entienden sin la propagación masiva y descontrolada de las noticias falsas, pero, y más importante, tampoco se entienden sin los efectos que estas han tenido en eventos políticos tan importantes como el referéndum del Brexit, las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 o los últimos comicios de Brasil.
La Unión Europea, consciente de que la esfera política continental está en un momento político muy volátil y en el que no es difícil influir, ha pasado a la acción por su cuenta (aunque pedirá ayuda), y ha contado la primera parte de su plan contra las noticias falsas de cara a las elecciones al Parlamento Europeo de 2019, según informa EFE y recoge El Diario Vasco.
La Comisión Europea quiere protegerse se injerencias externas, pero el actor a frenar, según Andrus Ansip, comisario europeo del Mercado Único Digital, está claro, apuntando a Rusia como "la principal fuente de desinformación". Es decir, que la sospecha de la manipulación electoral de Moscú va mucho más lejos de Washington, donde hay un proceso de investigación abierto. Con su "amenaza híbrida", Moscú busca "dividir y debilitar a Occidente".
5 millones de euros para frenar las noticias falsas
La Comisión Europea ha comentado hoy el plan, pero el sistema para frenar las noticias falsas aún no está acabado. Lo que sí han explicado es que será un herramienta de detección rápida centrado en intentos coordinados de manipular la conversación en redes sociales. Para ello, cada país miembro tiene que funcionar de "antena local".
No obstante, la Unión Europea no pretende recorrer el camino sola, y exigirá a las grandes compañías tecnológicas y plataformas de Internet como Google, Facebook o Twitter que presenten un "código de conducta" contra las noticias falsas antes de final de año, con el objetivo de de fomentar la transparencia y luchar contra los bots. Facebook, por ejemplo, ya ha tomado medidas encaminadas a ello, pero Bruselas exigirá más mano dura, o de lo contrario puede tomar "medidas coercitivas".
La dotación de cinco millones de euros a esta herramienta le parece insuficiente al eurocomisario, que afirmó que Rusia destina 1.100 millones de euros a propaganda y dispone de una fábrica de noticias falsas de 1000 empleados. Otro objetivo es crear una red europea de verificadores de datos (de la fiabilidad de ellos) con una dotación de 2,5 millones de euros.
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