Venimos leyendo noticias sobre drones repartidores de pedidos desde hace años. Sin ir más lejos, a finales de 2013 hablamos de un proyecto de Amazon en este sentido. La iniciativa continúa desarrollándose, con patentes bastante curiosas, pero el futuro más inmediato en grandes ciudades parece pasar por el transporte público. Concretamente, por los autobuses urbanos.
Según Transport for London, el organismo encargado de casi todo lo que tenga que ver con la movilidad en la capital británica, hasta el 60 % de las entregas en oficinas centrales de la ciudad son pedidos personales. Gran parte de ellos provienen de compras en línea y, a su vez, muchos de ellos de Amazon.
Depósitos como centros de distribución y autobuses como vehículos de reparto
Estos envíos masivos suponen sumar camiones y furgonetas de empresas logísticas al tráfico de por sí masivo de estas ciudades, provocando atascos y graves afecciones en el transporte tanto privado com público. Por eso el mayor operador de autobuses de Londres, Go-Ahead, quiere ser una parte más de esa creciente logística mediante dos iniciativas dirigidas a expandir su negocio, paliar la caída en el número de viajeros y aliviar las congestiones.
Según el periódico The Times, la compañía está en conversaciones con empresas de logística —también con Amazon, aunque sus responsables han declinado comentar el asunto— para convertir algunos de sus depósitos de autobuses en centros de distribución, considerando la opción de usar parte de su flota como servicio de reparto. Una más que interesante propuesta.
"Siempre estamos buscando formas de maximizar los activos y crear nuevas asociaciones, incluso con proveedores de servicios logísticos", ha afirmado el director ejecutivo de Go-Ahead. "El uso de nuestros vehículos y depósitos para reducir la congestión ayuda tanto a nuestros pasajeros como a otros usuarios de las carreteras". Evitando atascos, dobles filas y otros problemas derivados.
Los grandes depósitos de autobuses, con personal durante todo el día, parecen lugares adecuados para albergar paquetes en los últimos puntos de la cadena de distribución, siendo también interesante su reparto mediante autobuses. El funcionamiento de este método, sin embargo, no ha sido desvelado.
Los famosos autobuses rojos podrían acercar grupos de pedidos a determinadas zonas de la ciudad, para su posterior entrega al cliente mediante métodos convencionales, o incorporar soluciones a bordo, como casilleros al estilo de los que ya existen en centro de trabajo, estaciones ferroviarias o intercambiadores de transporte. Aunque todas estas posibilidades quedan, de momento, en el terreno de la especulación.
Lo indudable es su capacidad de alcanzar prácticamente cualquier barrio de una ciudad, lo que los convierte en grandes activos a considerar. Sadiq Khan, alcalde de Londres, expresó recientemente que muchos de los viajes en furgoneta y camión "podrían evitarse o reprogramarse si se consolidara mejor la actividad de flete y servicio". La intervención del transporte público en esta actividad, quizás, puede ser parte de esa consolidación.
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