El nuevo orgullo de China: un niño de 11 años ha escrito 600 líneas de código para lanzar su propio cohete espacial

Yan Hongsen se comenzó a interesar desde los cuatro años por el espacio y los cohetes

cohete
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Crear un cohete espacial y que funcione correctamente es una tarea realmente compleja que en muchas ocasiones puede llegar a fallar como hemos visto en el seno de importantes empresas como SpaceX. Pero hay auténticos genios en nuestro planeta que pueden llegar a tener un don especial para realizar este tipo de tareas.

Uno de estos genios, que ha dejado al mundo con la boca abierta, lo encontramos en China y tiene solo 11 años. Hablamos de Yan Hongsen, un niño chino que publicó un vídeo recientemente con 600 líneas de código para controlar el sistema de vuelo de su cohete que es totalmente funcional.

Estos dos hechos han hecho que se haya ganado ya diferentes apodos como por ejemplo 'Niño Cohete' o el 'Joven Sheldon de la vida real' haciendo referencia a la serie que muestra la infancia de Sheldon Cooper.

Una auténtica estrella de los cohetes que ha cosechado éxitos en internet

Este viaje por el campo del desarrollo de sus cohetes ha cosechado en redes sociales un total de 440.000 seguidores. En agosto de 2022 dio comienzo a construir su primer cohete. Una tarea que le llevó un total de 10 meses para ser finalmente lanzado en junio de 2023 bajo el nombre de 'Sen Xing' que significa 'avanzar'.

Rocket Boy 02

Este lanzamiento inaugural no fue perfecto, ya que el paracaídas no pudo abrirse cuando el propulsor se separó del cohete, pero solo le sirvió para comenzar a aprender y a intentar de nuevo un lanzamiento. En este segundo intento es donde ha revelado las 600 líneas de código que ha escrito, además de haber estudiado física y química. Su objetivo final es convertirse en ingeniero aeroespacial.

Toda su historia comenzó a lo cuatro años cuando su padre lo llevó al lanzamiento de un cohete. Fue aquí cuando quedó impresionado y comenzó a aprender programación y otras materias relacionadas con la construcción de cohetes. Seguidamente, a los nueve años, su nombre cogió fuerza cuando detectó errores en un vídeo de astronomía en un planetario.

A partir de aquí, y con la ayuda de su padre, que se reconoce más nervioso por este proyecto que su hijo, comenzó a construir un nuevo cohete para lanzarlo. Tras su primer fallo, por ahora va por el buen camino para realizar el segundo lanzamiento cuya fecha no está especificada aún. Lo que está claro es que ha demostrado una gran ilusión y trabajo por cumplir su sueño.

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