La gran expansión que ha tenido la inteligencia artificial en los últimos años sin duda ha dado muchas ventajas a nuestra industria, y también a nosotros como usuarios al tener diferentes IA de consumo. Pero también debemos tener en cuenta que puede tener diferentes peligros, contra los que Elon Musk lleva en guerra desde hace ya más de 10 años.
El 'miedo' a la IA de Elon Musk comenzó en el año 2012 tras una charla con el investigador Demis Hassabis el que le comentó que 'las máquinas podrían volverse superinteligentes y superarnos a los simples mortales'. En ese momento Musk decidió invertir dinero en DeepMind, el mayor proyecto de IA que existía en ese momento, para poder monitorizarlo e intentar influir para evitar estos peligros.
Elon Musk está obsesionado con los peligros de la IA y su control
Tras entrar en DeepMind, Musk tuvo una charla con Larry Page de Google para describirle el proyecto y contar los peligros que veía en la IA. Y es que se había convertido en un tema obsesivo para el propio Elon al afirmar constantemente que 'la inteligencia artificial podría reemplazar a los humanos haciendo nuestra especie irrelevante'. Pero la gran sorpresa que se llevó fue cuando Google y el propio Page querían comprar DeepMind en 2014.
A partir de ese momento comenzó a tirar de todos sus contactos, incluido el propio Barack Obama, para promover la seguridad de la IA con una buena regulación y que no estuviera controlada por nadie. Esto hizo que fundara OpenAI junto a Sam Altman con el objetivo de crear una IA de código abierto para contrarrestar el crecimiento de Google.
'Queríamos tener algo así como una versión Linux de la IA que no estuviera controlada por ninguna persona o corporación' es como definió lo que quería buscar con OpenAI. Y es que ya sabemos que Linux es un software que está abierto para todo el mundo, y no dominado por una empresa como puede ser Microsoft o Apple con Windows y macOS respectivamente.
Pero Musk finalmente abandonó OpenAI en 2018 por diferentes discrepancias por Sam Altman sobre el futuro de la empresa. En 2023 llegó el plato fuerte que no quería ver Elon: el lanzamiento de ChatGPT y de Bard, haciendo un monopolio entre Microsoft y Google por la IA. Ante esto, él quiso poner un poco más difícil la tarea de entrenar a estas inteligencias artificiales que podrían utilizar todos los tweets que residían en Twitter. De esta manera limitó la cantidad de tweets que se podían ver durante un espacio temporal muy corto.
A partir de ese momento los esfuerzos de Musk por 'preservar la conciencia humana' se ha centrado en la creación de diferentes empresas para generar un competidor a ChatGPT que fuera neutralmente político. Pero deberemos ver si esta obsesión con el peligro de la IA termina llegando a buen puerto y consigue finalmente tener esa IA que tenga un funcionamiento similar a Linux a día de hoy.
Fuente | Time
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