Ahora sabemos que Microsoft, a la hora de planificar su último despido masivo, incluyó entre los 10.000 empleados afectados al equipo completo de 'ética y sociedad' de su Oficina de IA: un grupo pequeño de gente (sólo 7 personas, aunque en 2020 llegaron a ser un equipo multidisciplinar de 30 filósofos, ingenieros y diseñadores) cuyo trabajo era, en palabras de uno de sus antiguos miembros: "crear reglas en áreas en las que no existía ninguna" cuando el resto de empleados de la compañía les consultase sobre cómo se aplicaba a la hora de la verdad las directrices de la Oficina.
"Agradecemos el trabajo pionero que realizó el equipo de Ética y Sociedad para ayudarnos en nuestra trayectoria continua de inteligencia artificial responsable", anunciaba Microsoft en un comunicado. Sin embargo, cuando aparentemente su labor se ha convertido por fin en fundamental dentro de la compañía, con Microsoft sorpassando en los últimos meses a Google en la integración de chatbots en buscadores (con el 'nuevo Bing') o en el lanzamiento de ofertas de cloud computing con IA en Azure, ha sido el momento elegido por la compañía para deshacerse de todos ellos.
Presiones comerciales contra enfoques a largo plazo
Los siete miembros del equipo que quedaron tras la última reorganización de la plantilla a finales del año pasado, se reunieron poco después de la misma con John Montgomery, vicepresidente corporativo de IA de Microsoft. Alguien grabó dicha reunión, y lo dicho allí ha sido revelado por The Platformer: Montgomery afirmó que el CEO y el CTO de la compañía le estaban presionando para lanzar productos con mayor rapidez:
"La presión de Kevin [Scott] y de Satya [Nadella] es muy, muy alta para tomar los modelos de OpenAI más recientes y los que llegarán después de ellos y ponerlos en manos de los clientes a una velocidad muy alta".
El equipo de Ética y Sociedad ya había firmado un informe criticando el lanzamiento de Bing Image Creator, una herramienta basada en DALL-E que sólo se llegó a lanzar en un puñado de países el pasado mes de octubre. Consideraban que su potencial para el plagio de imágenes preexistentes podría terminar repercutiendo negativamente en la imagen de la compañía.
Sólo cinco meses después de aquello y de que les aclarase que el equipo "no desaparecería, sólo evolucionaría", y con Microsoft ya copando titulares gracias a su uso de la tecnología de OpenAI, se convocó al equipo a una reunión por Zoom en la que se les anunció que sí iba a desaparecer, después de todo.
Según Platformer, los siete miembros despedidos afirman que, a medida que Microsoft se centraba cada vez más en lanzar herramientas de IA más rápido que sus rivales, los directivos de la compañía empezaron a prestar menos atención al enfoque a largo plazo en el que se especializaba su equipo.
Cuando Microsoft lanzó su nuevo Bing con chatbot, la compañía les dijo a los inversores que cada 1% de presencia en el mercado de búsquedas que consiguieran arrebatarle a Google podría generar 2.000 millones en ingresos anuales. Por ahora, está claro que ha ayudado a dar un empujón notable a un buscador que hasta ahora permanecía ultra-minoritario.
La evolución de Microsoft con la IA se ha alterado notablemente en los últimos tiempos: a efectos prácticos, Microsoft trata a OpenAI cada vez más como una subsidiaria de desarrollo de IA, hablando en primera persona del lanzamiento de los nuevos productos de OpenAI, como GPT-4.
De modo que, a efectos prácticos, los avances tecnológicos de esta compañía son también los de Microsoft... y los accionistas no entenderían que intentasen echar ahora el freno a la carrera por la IA cuando hay tantos competidores corriendo por detrás de Microsoft/OpenAI.
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