El consumo colaborativo ha provocado el nacimiento de muchas startups que exprimen los viajes en coche de muchas formas, pero pocos han pensado en hacer lo mismo con los aviones. Y hay algunas compañías como AirPooler con las que podemos compartir un avión privado cuyo piloto tenga ya una ruta fijada. Lamentablemente, la FAA (Administración Federal de Aviación) estadounidense ha prohibido este tipo de colaboración con los aviones.
Para ficha administración, la actividad de compartir aviones entre varias personas con una aplicación es peligroso porque se podría hacer con pilotos sin la suficiente experiencia o sin la licencia necesaria para transportar pasajeros como para garantizar la seguridad del viaje. Pero hay consecuencias: esto podría haber catapultado una oferta de viajes baratos y compartidos entre varias personas, del mismo modo con el que ya lo ha conseguido el carpooling.
Muchos pilotos con aviones pequeños, además, buscan esta forma de compartir viajes ya que les supone una buena fuente de ingresos. Es lo mismo de siempre: son servicios que pueden beneficiar a todo el mundo pero al mismo tiempo hay que tener ciertas precauciones. Y todo queda a merced de que se regule legalmente, por supuesto.
Vía | TechCrunch
Imagen | usfwsmidwest
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