Conductores de Uber y Lyft que trabajan en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington apagan cada noche de forma simultánea las aplicaciones que les permiten gestionar los servicios que prestan durante uno o dos minutos.
¿El objetivo? Engañar a las aplicaciones, hacerles creer que no hay conductores disponibles y, con ello, propiciar un aumento artificial de los precios.
Esto es lo que están haciendo trabajadores de estas dos plataformas de movilidad como método de "defensa" frente al "fraude" que dicen sufrir por parte de las compañías para las que trabajan, cuenta el canal de televisión ABC 7.
Aumentos de hasta 19 dólares en las tarifas
Esperando la llegada de pasajeros a las puertas del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington, el aeropuerto comercial más cercano a Washington D. C., se pueden concentrar entre 120 y 150 conductores de estos servicios.
Estros trabajadores, llegado el momento del aterrizaje de vuelos, se coordinan para apagar durante varios minutos sus aplicaciones.
Uno de ellos, empleando la aplicación como si fuese un simple usuario según ha podido grabar un equipo de esta cadena estadounidense, vigila el aumento de precio que van aplicando los algoritmos de Uber y Lyft que encaren las tarifas en periodos de alta demanda y con escasez de coches disponibles. Cuando ven que la tarifa que tendrán que pagar sus clientes no sube más, vuelven a encender sus aplicaciones. Así, se beneficiarán del extra a pagar por los usuarios.
"Cuando averiguamos cuál es el mayor aumento, es cuando decimos que todo el mundo se pone en marcha. Y es entonces cuando a todos se les paga lo que creemos que se nos debe pagar", defiende uno de los conductores a ABC 7. "Sabemos cuándo aterrizan todos los aviones. Así que cinco minutos antes, apagamos todas nuestras aplicaciones al mismo tiempo. Todos nosotros apagamos nuestras aplicaciones. Suben [las tarifas] 10, 12, a veces 19 dólares. Luego activamos nuestra aplicación. Todo el mundo tendrá la subida", dice otro.
Estos conductores de Uber y Lyft dicen que tienen un sentimiento de culpa, que no quieren hacer esto, pero como sus empresas siguen reduciendo sus salarios, dicen que tienen otra opción. Los conductores aseguran que después de tres años de recortes salariales, ahora es el momento de defenderse.
Desde Uber dicen que este comportamiento "no es ni generalizado ni permisible en la plataforma", y que disponen de "salvaguardas técnicas para ayudar a evitar que ocurra". Por su parte, Lyft se defiende afirmando que "se toma muy en serio cualquier acusación de comportamiento fraudulento" porque viola sus normas y asegurando que las ganancias por hora de los conductores de su plataforma "han aumentado un 7 % en los últimos dos años".
Al otro lado, Drive United, una organización en la que se agrupan parte de los conductores, mantiene que durante años sus salarios han estado disminuyendo, "lo que ha provocado que muchos conductores no puedan pagar el seguro médico o alimentar a sus familias". Además, recuerda las recientes protestas a nivel mundial, no se muestra sorprendida por los métodos de los conductores de Washington y animan a los medios de comunicación "a que profundicen en el modelo de negocio insostenible de Uber y Lyft y en las dificultades a las que se enfrentan cada día los conductores".
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