El CEO de Airbnb vio que su esencia se había roto con precios disparatados. Pidió bajarlos, pero la solución no es sencilla

  • Airbnb dejó de ser una plataforma de couch surfing hace mucho tiempo

  • Su evolución a un negocio multimillonario ha afectado en gran medida a la oferta de la vivienda y a sus precios

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Cuando Airbnb se concibió por primera vez, sus fundadores quizás nunca se imaginaron los problemas que daría su modelo de negocio al mundo. Durante sus inicios, se presentaba como una plataforma en la que los anfitriones invitaban a otras personas a su alojamiento, ofreciendo un colchón inflable y desayuno a los huéspedes. Esto era una opción muy económica para que los viajeros tuvieran donde hospedarse y, también, para conocer gente nueva.

Hoy día, la plataforma es algo completamente distinto a lo que ofrecía en sus inicios, contribuyendo en gran medida a la ausencia de oferta de vivienda, a la subida de los alquileres y al precio de la vivienda. El año pasado, su CEO y cofundador, Brian Chesky, ya alertaba que la esencia de Airbnb se había perdido, afirmando que el sistema “fue diseñado para una compañía mucho más pequeña que creció como la espuma”. Por ello, animaba a los anfitriones a bajar el precio de sus estancias, aunque esto no es algo que se pueda solucionar de la noche a la mañana.

Su evolución ha conllevado a grandes problemas económicos y sociales

Sin legislación de por medio, Airbnb se acabó convirtiendo en un negocio multimillonario con presencia en prácticamente todo el mundo. Sin una regulación sólida, poco a poco comenzó a ser una alternativa muy lucrativa para los propietarios de varios alojamientos, y ahora, a pesar de la legislación que se ha desarrollado a posteriori, es un negocio difícil de limitar por diversas razones sociopolíticas y económicas.

Comercializar un bien básico, como es el de la vivienda, no era uno de los objetivos de Airbnb en sus inicios, pero su cambio de miras hizo que en pocos años se haya convertido en todo un problema que contribuye a la ausencia de oferta en la vivienda.

En 2023, Airbnb sufrió varios varapalos que afectaron en buena media a su negocio. En marzo de 2023 surgió el ‘Airbnbust’, un movimiento por parte de muchos propietarios de viviendas Airbnb donde tomaron las armas en Twitter para protestar acerca de la reducción de los márgenes de ganancias y una posible burbuja de alquiler a corto plazo.

Además de ello, Vrbo, su competidor, añadió una característica que los usuarios de Airbnb pedían desde hace tiempo: un programa de fidelización con el que obtener determinadas recompensas y descuentos en alojamientos. Todo ello sin mencionar la fortificación de medidas en Nueva York ante los alquileres de corta estancia, un mercado que para los primeros años de Airbnb suponía más del 80% de sus ingresos.

2024 también ha sido un año en el que en España se ha comenzado a hablar más acerca de la regulación de los alquileres vacacionales y de corta estancia como Airbnb. En muchas localidades se han revocado miles de las licencias más recientes para habilitar pisos turísticos de este estilo, como ocurrió en Barcelona y otros municipios.

Para su CEO, combatir los precios abusivos de muchas de sus ofertas en la app también es parte del objetivo de Airbnb. Y es que tal y como afirmaba a Bloomberg, quieren que los precios “sean más competitivos frente a los hoteles”. Para ello sugería que una de las soluciones es darle a los anfitriones una serie de herramientas dinámicas para obtener información acerca del precio medio de los hoteles en su zona. De esta manera, alentaría a los propietarios a reducir el precio de su vivienda por noche.

“Mucha gente conoció nuestro servicio desde el punto de vista de los precios”, afirmaba. Y sigue siendo un motor clave del negocio. “Cuanto más asequibles son los Airbnbs, más reservas obtenemos”, continuaba. No obstante, convencer a los propietarios de rebajar los precios de sus viviendas cuando por el precio establecido o uno superior siguen llegando huéspedes, es complicado. Y es que para muchos, Airbnb es un sustento demasiado lucrativo como para dejarlo atrás, por lo que se ha convertido en un auténtico problema para la oferta de alquileres de larga estancia.

Hay tres pilares fundamentales que la plataforma quería: precios asequibles, confianza y una atención al cliente adecuada cuando las cosas van mal. Los precios no suelen ser asequibles, sobre todo cuando no es un alquiler de grupo en estancias de muy pocos días. Y esto es algo que sabe prácticamente cualquier persona que use Airbnb a menudo.

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