El olfato es un sentido que tradicionalmente ha sido olvidado y subestimado en comparación con los otros cuatro sentidos. Quizá en España, el segundo principal país del mundo en materia de exportación de perfumes, deberíamos tenerlo en más alta estima. De hecho, teniendo también esto en cuenta, deberíamos haber contado desde hace tiempo con algún grado homologado en esta industria.
Pero no lo hemos tenido... hasta ahora: el posgrado de 'Ciencia y tecnología de los perfumes', que se imparte en la Universidad de Barcelona (UB), ha marcado un hito al convertirse en la primera titulación de estas características ofrecida por una universidad pública en toda Europa.
Este programa de un año de duración, que combina formación teórica y práctica, ha permitido que 20 alumnos se conviertan en la primera promoción de evaluadores perfumistas formados en una institución pública, algo que hasta ahora solo era posible en el ámbito privado.
El título es semipresencial: las clases teóricas, que incluyen nociones de marketing y perfumería, se imparten online. Por otro lado, las prácticas se realizan en la Facultad de Farmacia de la UB, donde los alumnos ponen a prueba sus conocimientos en el laboratorio y visitan empresas relevantes del sector como Firmenich, Cosmo, Ventós y Sephora.
La figura del 'evaluador perfumista'
Los graduados del posgrado no se convertirán en perfumistas, sino en 'evaluadores perfumistas', un rol crucial para captar la fragancia objetivo que requiere el marketing y traducirlo en términos que el perfumista que trabaja en el laboratorio pueda utilizar.
Las oportunidades laborales son amplias, abarcando desde el sector de la cosmética hasta productos como champús, ambientadores, velas y 'cosmética para mascotas'.
La tarea de un evaluador perfumista no es sencilla. Requiere una nariz entrenada y una profunda comprensión de la química de los perfumes. Estos profesionales deben ser capaces de:
- Identificar notas olfativas: Reconocer y nombrar las diferentes notas en una fragancia, desde las notas de salida hasta las de corazón y fondo.
- Evaluar la calidad: Determinar si una fragancia cumple con los estándares de calidad, tanto en términos de ingredientes como de la experiencia olfativa general.
- Entender la evolución: Analizar cómo una fragancia evoluciona con el tiempo, desde la aplicación inicial hasta las horas posteriores.
- Comunicar claramente: Ser capaces de comunicar sus hallazgos de manera clara y precisa a los perfumistas y otros miembros del equipo de desarrollo.
Vía | El País
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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