Que los sitios web utilicen herramientas para monitorizar nuestra actividad en el navegador no es algo nuevo, aunque resulta algo más delicado cuando los usuarios son menores de edad. Un estudio de Human Rights Watch ha concluido que, de las 164 apps de aprendizaje analizadas en 49 países, el 90% de las aplicaciones utilizadas durante la pandemia compartían información a compañías con tecnología basada en publicidad.
Pocas de las analizadas por el estudio ofrecían información sobre la utilización de los datos de sus usuarios, y según la investigación, algunas de las que lo hacían lo encubrían mediante tecnicismos en sus políticas. Estas apps fueron utilizadas por todo tipo de alumnos, incluidos aquellos que se encontraban en nivel preescolar.
Preocupación ante la gestión de la información personal de los estudiantes
Las restricciones por la COVID dieron lugar a que más de 1.500 millones de estudiantes en todo el mundo vieran sus clases afectadas, y por tanto, tenían que utilizar recursos alternativos en sus casas. Para la gran mayoría de estudiantes, las herramientas online les han permitido continuar con sus estudios. Sin embargo, según la investigación de Human Rights Watch, la mayoría de las analizadas compartían información del usuario a compañías especialistas en marketing y brókeres de datos, suponiendo un grave problema de privacidad y seguridad para los usuarios.
"Los niños tenían la misma probabilidad de ser vigilados en sus aulas virtuales que los adultos comprando en los centros comerciales virtuales más grandes del mundo," mencionaba Hye Jung, investigadora líder del estudio.
Muchos del círculo escolar y principales responsables de las apps defendían estas herramientas. Según The Wall Street Journal, algunos mencionaban que la investigación presenta un problema. Y es que también se estaría incluyendo la página principal de dichas apps, una página que normalmente cuenta con mecanismos de tracking, en vez de limitar el análisis a las páginas internas. Sin embargo, como ha mencionado el Wall Street Journal, los investigadores se defendían ante estos testimonios argumentando que los estudiantes debían de iniciar sesión en estas páginas antes de que sus clases dieran comienzo.
El 90% de las apps comparten información con empresas de marketing
Entre los ejemplos de la investigación destacan sitios web como el de Schoology. Éste cuenta con más de 20 millones de usuarios registrados, y se utiliza en más de 60.000 escuelas en Estados Unidos. Según el estudio, Schoology cuenta con herramientas de tracking que extraen el ID de publicidad, un identificador único usado por los especialistas en marketing para monitorizar la actividad del usuario y construir un perfil digital para la recomendación de publicidad en la red.
Según un representante de PowerSchool, otro sitio web que ofrece herramientas de aprendizaje, ésta no recopila el ID de publicidad, pero el estudio concluye que sí utiliza herramientas de terceros para mostrar a los usuarios publicidad basada en su historial de búsqueda. Además, en su política queda establecido que no recopilan información de menores de 13 años, respetando el COPPA (Children’s Online Privacy Protection Act). Sin embargo, el software de la compañía se promociona incluso para niños que se encuentran en niveles de preescolar.
Si bien en la investigación se reconoce que no han podido determinar qué tipo de información se ha recopilado para un uso real, sí se revela cómo el software fue diseñado para que funcionara, qué datos habían sido programados para su búsqueda, y a dónde se enviaban.
ST Math, otra de las herramientas utilizadas para el aprendizaje online, habría compartido información con hasta 19 trackers, según el estudio. Entre estos se destacan tecnologías de Facebook, Google, Twitter o Shopify. Según un portavoz del Instituto de Investigación MIND, el cual hace uso de dicha herramienta, ST Math no comparte información identificable, y tampoco usa los mismos trackers que en la página principal. Sin embargo, los investigadores encontraron técnicas de tracking no solo en la home, sino también en páginas del sitio que se ofrecen juegos para alumnos de preescolar y de primer grado.
Un portavoz de Google se ha puesto en contacto con Genbeta y ha comunicado lo siguiente:
"Llevamos mucho tiempo dando prioridad a la creación de una experiencia de aprendizaje online más segura y accesible para niños y adolescentes, lo que ha sido especialmente relevante durante la pandemia. En todas nuestras plataformas, exigimos a los desarrolladores y clientes que se atengan a las protecciones de datos y privacidad. Y prohibimos cualquier anuncio personalizado o de remarketing dirigido a cuentas de menores. Estamos investigando las reclamaciones específicas del informe y tomaremos las medidas apropiadas si encontramos violaciones de la política".
Según un comunicado de la FTC, trabajarán en medidas para prohibir aquellas técnicas que hagan requerir a los estudiantes más información de la necesaria, además de crear restricciones para compartir información personal con objetivos de marketing. Esto se traduciría para las compañías en multas o sanciones civiles.
Las plataformas educativas impulsadas por los gobiernos también han sido objeto de investigación. El estudio ha analizado 56 de ellas en todo el mundo, y tan solo nueve no contaban con herramientas de tracking y recopilación de datos. De las nacionales destaca tan solo una: Aprendo en Casa.
En el estudio también se recalcan aplicaciones como Math Kids o African Storybook, apps y sitios web que sirven de ejemplo para demostrar que es posible desarrollar una aplicación de estudio y aprendizaje que no gestione de manera indebida la información personal de sus usuarios.
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