La actualidad internacional de estos días tiene sus ojos puestos en Cuba con ocasión de la histórica visita de tres días de Barack Obama - el primer viaje de un presidente norteamericano a la isla en 88 años. Esta visita es el siguiente paso en la mejora de las relaciones entre ambos países, después de que Raúl Castro y Obama firmaran una tregua en diciembre de 2014.
Y las consecuencias del fin de las tensiones entre Estados Unidos y Cuba llegan a los rincones más insospechados, como por ejemplo Airbnb. A partir del 2 de abril, el servicio de alojamiento entre particulares abrirá sus servicios en Cuba, hasta ahora limitados a ciudadanos norteamericanos, a todo el mundo. De estas forma los turistas llegados desde cualquier país podrán alojarse en Cuba usando Airbnb.
El anuncio se ha producido precisamente durante la visita de Obama junto con su familia a la isla, como una muestra más de la prometedora normalización de las relaciones entre los dos países.
Airbnb empezó a operar en Cuba en abril del año pasado, como una excepción especial del Departamento del Tesoro de Estados Unidos al embargo cubano. El permiso estaba limitado a ciudadanos norteamericanos, pero ahora se ha ampliado a ciudadanos de cualquier nacionalidad que buscan un alojamiento diferente, más allá de los hoteles regentados por el estado - y que no suelen estar en muy buen estado.
De esta forma, la plataforma aprovecha también el permiso que el gobierno cubano otorgó a los ciudadanos de la isla para poder alquilar habitaciones en sus hogares a cambio de dinero, en la década de los 90. Este permiso ha evolucionado en una boyante economía de alojamiento privado que ha permitido incluso a algunos inversores extranjeros convertir casas ruinosas en modernos hoteles boutique.
Cuba, un mercado al alza en Airbnb
De hecho, Cuba se ha convertido en uno de los mercados con más rápido crecimiento para Airbnb. De los 1.000 alojamientos listados al empezar a operar en el país caribeño en abril del año pasado, ahora existen unos 4.000 hogares cubanos repartidos en más de 40 poblaciones que ofrecen alojamiento, y en los que se han hospedado más de 13.000 turistas norteamericanos.
La ampliación a ciudadanos de todo el mundo (no sólo de Estados Unidos), que se hará efectiva el 2 de abril, conseguirá con toda probabilidad multiplicar esas cifras, teniendo en cuenta que tras la declaración de la tregua en 2014, el turismo de la isla subió un 20%. La fecha elegida, por cierto, no es aleatoria: es el aniversario del comienzo de operaciones de Airbnb en Cuba.
Por otro lado, Airbnb no es la única empresa del sector turístico a la que la apertura de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba traerá beneficios: las cadenas hoteleras Starwood y Mariott también han recibido autorización de la administración de Obama para empezar a operar en la isla.
Vía | Associated Press
Imagen | Thomas Münter
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