Tras un lustro de conflictividad laboral y debate político-legal en torno a la figura de los 'riders' en nuestro país, las empresas de reparto de comida parecen empezar a apostar por una alternativa, a priori, menos problemática: los vehículos de reparto autónomos. Siguen así la estela de varias compañías de delivery en China y los EE. UU..
Y es que el unicornio español Glovo ha firmado un acuerdo con Goggo Network, la compañía fundada por el emprendedor hispano-argentino Martin Varsavsky (fundador también de Jazztel), para lanzar una prueba piloto que pondrá a circular estos 'robots de reparto' por las calles de Madrid en 2022, comenzando en enero en el Distrito de Salamanca.
Un programa piloto posible gracias a la última reforma de la normativa de movilidad de la capital
Inicialmente, tres de estos robots se desplazarán por esta zona de Madrid, circulando exclusivamente por vías peatonales y a una velocidad equivalente a la de un peatón (un máximo de 8 km/h), gracias a una IA que les permitirá reconocer obstáculos y pasos de peatones.
Los clientes, que recibirán una notificación cuando el robot autónomo llegue a destino, tendrán que recoger el paquete haciendo uso de una clave única o bien acercando el móvil al robot para abrir su compartimento. Los robots servirán los mismos productos disponibles en el servicio de supermercado a domicilio de Glovo.
Durante, al menos, el primer mes de puesta en marcha del programa piloto, los robots irán acompañados de un operador humano que supervisará las entregas y recogerá las opiniones de los usuarios sobre el servicio.
Esta iniciativa es posible gracias a que el ayuntamiento de la ciudad reformó en septiembre su normativa de movilidad y aprobó una nueva ordenanza que regula la circulación de vehículos autónomos por sus calles.
Glovo ya ha solicitado el preceptivo permiso al consistorio, y el propio concejal de Innovación y Emprendimiento se ha manifestado al respecto:
"Autorizar en pocas semanas pruebas de concepto en una zona acotada nos va a convertir en un punto muy atractivo para que empresas de todo el mundo se establezcan en Madrid".
Más allá de la movilidad y la IA: el otro lado del debate
No faltan, sin embargo, quienes ven en un proyecto como este una declaración de intenciones de la compañía en lo que respecta a la relación con sus 'riders', y un paso más en la robotización de los puestos de trabajo.
De hecho, la federación de riders del sindicato CGT se preguntaba ayer en Twitter si Oscar Pierre y Sasha Michaud —fundadores de la compañía— pretendían deshacerse de los repartidores invirtiendo en robótica, "en vez de cumplir con el Estatuto de los Trabajadores".
Tal opinión no carece de base: Ander Castillo, director del área de envíos ultrarrápidos de Glovo, reconocía recientemente que su compañía estaba "estudiando cómo la automatización puede reducir los costes de personal y optimizar la ejecución de las tareas".
Por su parte, Yasmine Fage, cofundadora de Goggo, explica con estas palabras las ventajas de los robots frente a los humanos en el sector del delivery:
"El robot ofrece rapidez, eficiencia y flexibilidad. Puede servir un pedido en cualquier momento y hora y con ellos se producen menos errores, mejorando el servicio final".
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