Después de un año de réplicas y contra réplicas. De que la opinión de los ciudadanos haya quedado claramente manifestada, no sólo por ‘los internautas’ que somos todos, sino también por los representantes del ‘otro lado‘ gracias a la dimisión más que polémica pero significativa de Alex de la Iglesia.
Hoy se ha aprobado en el Senado una ley hecha de encargo para favorecer los intereses de una potencia extranjera. El resultado de la votación ha sido de 248 a favor, 5 en contra y 1 abstención, los únicos partidos que se han opuesto son ICV, BNG, CC, ERC y PSM. A favor, ya todos lo sabemos, la partitocracia de PP, PSOE con el apoyo de la bisagra CiU.
Después de las campañas de difamación contra los usuarios, y de revelaciones de WikiLeaks; hoy hemos visto como nuestros representantes democráticamente elegidos proclaman una ley incapaz de cumplir los objetivos para los que se aprueba y muy útil para que el poder gubernamental tenga el botón de la censura más a mano que nunca.
El Debate
Hoy nos hemos tenido que enfrentar a un debate surrealista en su conjunto y mediocre como pocos. Surrealista por el diseño chillón del cajón de sastre de la LES donde hay un poco de todo. Se pasa de la aviación civil a la propiedad intelectual y se quedan tan panchos. El papel lo resiste todo, pero verlos en acción, “profundizando” en tantos asuntos, no lo resiste nadie.
A nosotros lo que nos interesaba era lo de la Ley Sinde, pero dos senadoras se han quejado de que el “tema” estaba monopolizando el debate. Toma nota: Yolanda Vicente (PSOE) y Judith Narvaez (Entesa). El honor de este grupo (PSC-ICV-ERC) lo ha salvado, como era de esperar, el senador de ICV, Jordi Guillot que ha puesto verde, como es él, la Ley Sinde.
Es posible que a su compañera de grupo le haya molestado la liberalidad dialéctica de su compañero. Por cierto que Guillot, siempre leal a la red, no llevaba una nariz de payaso pero ha recordado que “el pacto (PSOE-PP-CiU) aborta el diálogo iniciado por Alex de la Iglesia”.
Muy bien, el mejor, el senador de Coalición Canaria, Narvay Quintero. También han sido muy críticos los nacionalistas de izquierdas como Pere Sampol y José Manuel Pérez Bouza (BNG).
Al final todos los socialistas y todos los populares han votado lo que les ordenan los jefes del partido. Caso único en Europa. España es diferente.