Los emprendedores del sector tecnológico cada vez son más conocidos por el público general, tanto si tienen personalidad de estrella del rock (como Elon Musk) como si son gente más introvertida (como Mark Zuckerberg). Pavel Durov, creador de Telegram, quizá haya pasado algo desapercibido por estos lares, pero el auge de su app de mensajería (que ahora vuelve a ser accesible en su Rusia natal) hace que muchos nos preguntemos cuál es su historia.
Al margen de sus relaciones sociales (la prensa le relaciona con la supermodelo Alena Shishkova), de sus excentricidades (vestir siempre de negro o gris oscuro como un moderno Neo) y de su activismo libertario, Durov tiene una larga historia a sus espaldas previa incluso al lanzamiento de Telegram.
El 'Zuckerberg ruso'
Gracias a la película 'La Red Social' mucha gente sabe que Mark Zuckerberg, fundador y CEO de Facebook, inició su trayectoria de lanzamiento de servicios online hackeando en 2003 el servidor de Harvard para crear Facemash.com, una plataforma para votar las fotos de las estudiantes de su facultad.
Más o menos por las mismas fechas, un joven ruso que estudiaba para ser traductor, llamado Pavel Durov (nacido, como Zuckerberg, en 1984), creaba una biblioteca online llamada durov.com para facilitar que sus compañeros de universidad compartieran libros y apuntes (la URL hoy en día redirige a la web oficial de la API de Telegram).
El inmediato éxito de la iniciativa desembocó en la creación de un foro universitario (spbgu.ru), al tiempo que al otro lado del mundo Zuckerberg lanzaba Facebook.com, concebida en sus orígenes como red social para universitarios.
En 2006, un antiguo compañero de clase de Durov, Vyacheslav Mirilashvili, que por aquél entonces vivía en EE.UU. y era testigo del ascenso de Facebook, vio por casualidad un reportaje sobre el foro creado por Durov mientras leía un periódico ruso.
Cuando ambos reestablecieron el contacto, estuvieron de acuerdo en que en el creciente mercado de Internet ruso había espacio para lanzar su propia red social, con un enfoque similar a la americana. Financiado originalmente por el padre de Mirilashvili, lanzaron dicha red con el nombre de VKontakte (también conocida como VK). El lanzamiento tuvo lugar el 10 de octubre de 2006, el día en que Durov cumplía 22 años.
Con la fama, llegan los problemas
Tan sólo un año más tarde, VKontakte contaba con 3 millones de usuarios, mayoritariamente rusos y de países de la antigua URSS. Siendo el sitio web de referencia de los jóvenes rusos, rápidamente VK se convirtió en un hervidero de piratería (la RIA calificó a VK en 2010 como "el segundo mayor distribuidor de música pirateada")… y de debates políticos.
Por desgracia para Durov, las discusiones políticas en Rusia incluyen a veces testimonios y pruebas gráficas de irregularidades en las votaciones: eso fue exactamente lo que ocurrió en las legislativas de 2012. La polémica desencadenada fue tal que un par de semanas después la FSB se puso en contacto con Durov para que bloquease determinados grupos de opositores alojados en VK.
Pese a que la FSB (Servicio Federal de Seguridad) es la heredera directa de la temida KGB soviética, la reacción de Durov se limitó a publicar dos imágenes: la carta de la FSB escaneada, y la foto de un perro sacando la lengua. Pese a que fue citado por la fiscalía, salió indemne del incidente.
Polémicas políticas al margen, VK estaba dando mucho dinero: sumaba por aquella época más de 200 millones de usuarios, y le estaba haciendo ganar cifras también millonarias a Durov (a principios de 2012, de hecho, pudo permitirse en lujo de hacer una donación de 1 millón de dólares a la Wikipedia).
Una oferta que no pudo rechazar
Pero, en aquel momento, empezaron los problemas para Durov: Mail.ru, uno de los gigantes rusos de Internet, vinculada además al entorno del Kremlin, empezó a invertir en la compañía y 'marcar' de cerca a Durov gracias al poder que le otorgaban sus acciones.
Tras eso, Durov fue acusado de haberle arrollado el pie a un policía de tráfico (cosa extraña, porque él afirma no saber conducir, y siempre se mueve con chófer), lo que desembocó en el asalto de la sede de VK por parte de la policía y en la 'desaparición' de Durov durante varios meses, tiempo durante el cual los Mirilashvili vendieron su parte de las acciones de la compañía al fondo UCP, propiedad de Ilya Sherbovich, un aliado del presidente Vladimir Putin.
El propio Durov terminó vendiendo su participación del 12% de la compañía a Ivan Tavrin, CEO de Megafon, otra empresa tecnológica que, como Mail.ru, estaba vinculada al oligarca Alisher Usmanov. Pese a todo, en un primer momento, Durov se mantuvo como CEO de la compañía.
Pero pocos meses después, y tras negarse a tomar medidas contra el disidente ruso Alexei Navalny y sus seguidores (en pleno conflicto entre Rusia y Ucrania), Durov hizo saber al mundo desde su perfil en VKontakte que abandonaba su puesto porque
"la libertad de acción del CEO en la gestión diaria de la empresa ha disminuido considerablemente. Ha sido cada vez más difícil mantener los principios en los que se basa nuestra red social".
Adiós VK, hola Telegram
Poco después se desligaba por completo de la compañía y anunciaba también su decisión de autoexiliarse de Rusia, para no volver a ser víctima de las presiones que había sufrido hasta entonces y porque "en este momento Rusia es incompatible con los negocios digitales".
Ya en ese momento había lanzado una alternativa de comunicación online más segura para los usuarios (y más desligada del poder político) que VK: Telegram, sobre la base del protocolo seguro de telecomunicaciones MTProto, desarrollado por su hermano Nikolai. De hecho, para cuando rompió con VK, Telegram ya había alcanzado los 35 millones de usuarios.
De modo que Durov abrió inmediatamente una sede para Telegram en Berlín (hoy en día su sede principal se encuentra en Dubái), puso a buen recaudo su fortuna en Suiza y obtuvo (donaciones mediante) la nacionalidad sancristobaleña (de San Cristóbal y Nieves, una pequeña nación insular caribeña). Aun en su exilio autoimpuesto, Durov siguió teniendo problemas con las autoridades de su país de origen por negarse, de nuevo, a someter su nueva red al control estatal.
Hoy en día, Telegram ha alcanzado ya los 400 millones de usuarios, y se alza como la principal alternativa de mensajería instantánea a WhatsApp, aplicación que hoy en día pertenece a Mark Zuckerberg, cerrando el círculo del paralelismo entre él y Durov.
Vía | The Verge & RussiaPedia & PaySpace Magazine
Imagen | TechCrunch
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