"Telefónica ha presentado hoy el metaverso de la Rafa Nadal Academy by Movistar". Así comienza el comunicado de prensa publicado por Telefónica para anunciar el lanzamiento de esta iniciativa que, según declara unos párrafos más tarde Chema Alonso (Chief Digital Officer en Telefónica), "demuestra su fuerte apuesta por seguir adentrándose y explorando las posibilidades tecnológicas que ofrecen la Web3 o el metaverso".
Quisiera, en este punto, recordar cómo definen varias webs de referencia el término 'metaverso'.
Según Investopedia:
"El metaverso es una realidad digital que combina aspectos de las redes sociales, los juegos on line, la realidad aumentada (AR), la realidad virtual (VR) y las criptomonedas para permitir a los usuarios interactuar virtualmente".
Según Techopedia:
"El metaverso es un entorno inmersivo e interactivo generado por una computadora. Aunque no hay un acuerdo unificado sobre cómo se verá el metaverso, o cómo interactuarán los individuos con él".
Según Wikipedia:
"Los metaversos son entornos donde los humanos interactúan social y económicamente como avatares, a través de un soporte lógico en un ciberespacio, el que actúa como una metáfora del mundo real, pero sin sus limitaciones".
Sabiendo esto, la perspectiva de poder echar un vistazo a algo así suena apasionante. Y si es cierto que en España hemos puesto ya en marcha algo con lo que Zuckerberg aún parece limitarse a dar golpes de ciego, pues mejor. Así que me dispongo a acceder al Metaverso de la Rafa Nadal Academy.
Diario de un Metaversonauta
Me recibe un vídeo de Rafa Nadal invitándome a visitar su Academia en el Metaverso. No es necesario: he terminado en esta web porque ya estaba convencido de hacerlo, pero bien. Pulso en 'Entrar al Metaverso'.
En la siguiente pantalla me sorprende que se me dé la opción tanto de 'registrarme' como de 'entrar como invitado'. ¿La nueva generación de las redes sociales permitiendo el acceso sin ninguna identificación? 'Eso puede ser fuente de toda clase de problemas' — pienso— pero adelante: hago clic.
"En este entorno virtual podrás recorrer nuestras instalaciones y conocer mejor nuestra metodología y a nuestro equipo". Me sorprende que se centren en eso y no en su dimensión social o en las transacciones con criptomonedas, o algo así, pero le doy clic a 'Continuar' igualmente.
A continuación, el avatar de Rafa me va relatando en cinco pasos las zonas que componen el 'mapa' de su metaverso. Y, después de eso, llega el momento de dotarme de mi propio avatar. Para mi sorpresa, tan sólo se me permite escoger como avatar al propio Rafa Nadal, si bien puedo elegir entre cuatro variantes suyas, según la ropa que llevó en otros tantos torneos de tenis.
Ahí ya empieza a escamarme un poco todo. No pido algo a lo 'Ready Player One', pero cómo vamos a diferenciarnos los usuarios del Metaverso si sólo hay cuatro avatares casi idénticos a elegir. Bueno, las dudas se irán aclarando. Por ahora, la siguiente pantalla me indica cómo desplazarme por el mapa e interactuar con él: y la siguiente me informa de que si completo los 'logros' podré entrar en un concurso con premios. Bien.
Vale, ya estoy aquí, en el metaverso. El avatar de Rafa (no el que llevo yo, otro) me informa de que mis misiones principales consisten en hablar con cinco personajes (no 'usuarios', ojo) sobre cinco temas. No sé, esto de las misiones (los 'logros', de antes, supongo) me suena más a videojuego que a metaverso, pero allí a lo lejos veo a alguien… veamos qué diálogos propios del 'Moneky Island' nos depara esto.
El avatar de la nutricionista Gemma Bes me espera para hablarme de nutrición. Para hablarme, insisto, porque yo no digo nada: hago clic, clic, clic, termina de hablar, yo gano un 'logro' y a por otra cosa. Mira, un microjuego de tenis: juego yo sólo contra un lanzapelotas. No soy capaz de encadenar dos raquetazos. Me salgo del videojuego, sigo recorriendo el mapa. Repito la operación con Toni Nadal, que me enseña hasta un vídeo de YouTube para 'venderme' su academia.
Ay, espera un momento…
Empiezo (a estas alturas, sí, lento que soy) a pensar que esto no es ningún 'metaverso': no hay interacción social con otros humanos (no, Musk, tampoco te molestes en hacer una oferta por esto). Sólo soy yo y los personajes no jugables que me llevan de paseo por un recinto para venderme las excelencias (que no me cabe duda de que son muchas) de la Academia de Rafa Nadal.
Y entonces, caigo en la cuenta: esto es, ni más ni menos, que un 'tour virtual'. Uno muy currado, sin duda, pero que nos dejen en paz de 'metaversos' y 'Web3' y demás: esto es más viejo que Windows 2000, y lo he visto mil veces antes (gracias al plugin de Macromedia Flash, la mayoría de ellas) en miles de webs de empresas e instituciones varias.
¿Recordáis esa época en que todo era 'algo.com', aunque no tuviera ni dominio web? Sí, hombre, justo después de que todo fuera 'ciber-algo' y justo antes de que todo fuera 'algo 2.0'? Bueno, pues ahora la palabra mágica en tecnología para que algo sea 'algo' es 'metaverso'. Se entiende el recurso a la cancamusa, pero uno pensaría que Telefónica no necesita recurrir a estas cosas.
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