Que el racismo ha traspasado el ámbito más tradicional y se ha colado no solo en la web sino también en las redes sociales es una realidad de venimos experimentando desde hace demasiado tiempo. Sin embargo y a pesar del calado e importancia de la ciber xenofobia, gobiernos y plataformas se quedan cortos en lo que a su abordaje se refiere.
El último protagonista en este contexto descrito ha sido Facebook, quien después de recibir la petición específica (de endurecer las medidas antirracistas en su comunidad virtual) de la canciller alemana, Angela Merkel, ha decidido ponerse las pilas al respecto.
La actuación de Facebook
Así, el servicio de Zuckerberg, que fue objeto de las críticas del gobierno alemán la pasada semana por no actuar con la rapidez necesaria ante una ola de mensajes de odio contra refugiados y inmigrantes (cuyo número ha alcanzado cuotas históricas) publicados en el site; ha anunciado que adoptará medidas concretas.
Para ello contará con la colaboración de una empresa germana, experta en evaluar si el contenido inapropiado que clasifican y denuncian los usuarios, infringe la ley o no sin que se coarte la libertad de expresión.
Algunas de estas acciones han sido la elaboración de un catálogo de normas y pautas de actuación que eviten la difusión de mensajes de odio por parte de los usuarios, así como el lanzamiento de una campaña (que cuente con el asesoramiento de expertos internacionales), la creación de un grupo de trabajo específico que controle este contenido, y la colaboración con organizaciones sociales específicas.
¿Pero cómo actúan el resto de redes sociales?¿Están igual de comprometidas? Analizada la actualidad informativa y las políticas de contenido de Twitter, Instagram, LinkedIn y YouTube, podemos establecer las siguientes conclusiones:
YouTube
En su Centro de políticas encontramos una mención concreta en el apartado de Discurso de incitación al odio. En concreto dicen:
“Somos partidarios de la libertad de expresión e intentamos defender tu derecho a expresar puntos de vista poco populares, pero no permitimos los discursos de incitación al odio o la violencia. Los discursos de incitación al odio o la violencia se refieren a contenido que promueve la violencia o el odio contra individuos o grupos de acuerdo con ciertos atributos como, por ejemplo: origen racial o étnico […]”
Además, dispone de un protocolo para informar de este tipo de contenido, que abarca desde bloquear al usuario, hasta marcar el vídeo y enviar un informe de abuso desde la herramienta de informes de la plataforma.
En su sección de Pautas comunitarias profesionales de LinkedIn hallamos dos puntos que pueden aplicarse a los casos de racismo: “sé agradable” y “respeta los derechos de los demás y cumple las leyes”. Este primero (en realidad el tercero de la lista) dice:
“No pueden usarse los servicios de LinkedIn para promover o amenazar con violencia o causar daños a la propiedad, o incitar al odio atacando a otros por su raza, etnia, origen, sexo, orientación sexual, afiliación política, religión o afección física”
Su apartado de Normas comunitarias incluye una sección “respeta al resto de los miembros de la comunidad de Instagram”, en la que se refiere a la cuestión de la siguiente manera:
“Resulta inaceptable fomentar el uso de la violencia o atacar a alguien por razones de raza, etnia, origen nacional, sexo, identidad sexual, orientación sexual, creencias religiosas, discapacidad o enfermedad. Cabe la posibilidad de que permitamos lenguaje que incite al odio si este se comparte para cuestionar este tipo de comportamientos o para concienciar con respecto a estos. En estos casos, te pedimos que expreses tu intención de forma clara”
La más permisiva de todas ellas. Las Reglas de Twitter únicamente se refieren de pasada a la violencia y amenazas. “No puedes publicar o enviar amenazas de violencia ni fomentar la violencia contra otras personas”. El asunto queda ahí.
Uno de los casos más sonados de racismo en esta red social estuvo protagonizada por un jugador de hockey del Washington Capitals, Joel Ward, que marcó el tanto de la victoria y que recibió un auténtico aluvión de mensajes xenófobos en esta red.
Ciber racismo, un problema de largo alcance
Por desgracia, el ciber racismo no es patrimonio único de las redes sociales (cuyos usuarios arremeten en la mayoría de ocasiones contra esta clase de declaraciones aberrantes) sino que abarca un amplio abanico de webs, foros y similares desde hace ya demasiado tiempo. Y tampoco viene de nuevo.
De hecho, ya en 2009, un Informe del Centro Simo Wiesenthal –una fundación judía contra el antisemitismo y el racismo- registró un incremento del 25% de la violencia racista en las redes sociales. Las más usadas eran Facebook, Youtube y MySpace.
Según un análisis de Injuve, además, la ruta del ciber odio se remonta a 1995, cuando el primer portal internacional de neonazismo, Stormfront, se convirtió en una referencia internacional que alumbraría todo tipo de portales xenófobos.
En nuestro país, tal y como afirma el último informe Raxen del Movimiento contra la Intolerancia, el conglomerado racista se centra en el mundo hispanohablante, que cuenta con más de 600 grupos de esta clase.
Para denunciar tales prácticas y dado que en España carecemos de una entidad especializada, puede resultar de utilidad la Oficina de Denuncias en Internet. El Código Penal establece para este tipo de delitos penas de prisión de entre uno a cuatro años y multas de seis a doce meses.
La Comisión Europea, asimismo, lanzó hace poco una campaña (No Hate Speech Movement) con la intención de luchar contra este discurso del odio y promover la tolerancia y los derechos humanos.
En todo caso, aunque la ley lo persiga y resulte incuestionable la utilidad de acciones como la de la red de Zuckerberg; lo cierto es que solo la educación y la empatía serán capaces de acabar con esta lacra (en Internet y en la vida real).
Otras iniciativas de Facebook
Al margen de este compromiso social y según TechCrunch, Facebook también está probando una característica que permitirá a los usuarios cambiar temporalmente su foto de perfil, que desaparecerá para volver a la anterior después de unas horas.
La utilidad, según la compañía, será ideal para aquellos que la renuevan (la imagen) para apoyar y reivindicar algunas causas, celebrar un cumpleaños, ensalzar su pasión por un equipo de fútbol durante un partido… pero que, pasado el hito en concreto, prefieren restablecerla. Con Temporary Profile Picture no tendrán que preocuparse por hacerlo.
Imagen | Pixabay En Genbeta | Pifias y racismo, así es como Google ha pedido perdón por los resultados de Google Maps
Ver 3 comentarios