Desde fuera podemos ver que trabajar con Elon Musk como jefe no puede ser lo mejor. Ya en su biografía se presenta como un jefe inflexible y de carácter cambiante, haciendo que lleve a todos sus empleados hasta sus propios límites para completar los proyectos que tiene entre manos.
Dentro de la forma de trabajar de Elon Musk se destaca la aplicación de una de las leyes que impera dentro de la estrategia de obtener una máxima productividad: la Ley de Parkinson. Una ley que nada tiene que ver con la enfermedad que se nos viene a todos a la mente, sino que permite acortar los tiempos de ejecución a cambio de tensar la "cuerda" con sus empleados.
Así funciona la Ley de Parkinson dentro de las empresas
Esta ley fue enunciada en un ensayo publicado en 1955 en la revista 'The Economist' por parte de Cyril Northcote Parkinson. En esta explicaba como su mujer tenía solo una tarea al día: enviar una tarjeta postal. Pero para esto invertía muchas horas para poder elegirla y escribirla, haciendo que se mantuviera ocupada toda la jornada que había disponible para hacer la tarea. Esto hacía que se elaboró la siguiente teoría:
El trabajo se expande hasta llenar el tiempo de que se dispone para su realización
Esto quiere decir que siempre tratamos de agotar todo el tiempo que tenemos disponible para hacer una tarea, aunque se pueda hacer en menos tiempo. Si tenemos una hora para hacer algo, vamos a llegar hasta el tiempo límite, pero si se reduce a media hora nos vamos a poder adaptar y ser más productivos.
Así aplicó Elon Musk esta ley en sus empresas
Elon Musk es un gran fan de esta ley y quiere en todo momento reducir los plazos de desarrollo a sus empleados para aumentar la productividad. El primer ejemplo lo tenemos en el desarrollo de la plataforma de pagos digitales en 1999 de X.com. En este caso se ajustó el calendario por parte de Musk para coincidir con Acción de Gracias. Y obviamente provocó que los trabajadores tuvieran que ir 'con la lengua fuera' para llegar al plazo.
SpaceX tampoco se ha librado de esta política de productividad, que comenzó a implantarse con el desarrollo de los motores Merlin. En ese momento Musk comenzó reduciendo a la mitad el calendario de desarrollo para posteriormente volver a reducirlo. Y aunque al final no se consiguió completar el plazo fijado, si que se redujo mucho el tiempo de plazo que se pedía.
Esto también parece que ocurrió en Tesla con el lanzamiento del Model 3 y el deseo de Musk de triplicar su capacidad de producción. Esto que se conoció como 'el infierno de Fremont' hacía que se tuviera que improvisar una nueva línea de producción en una carpa para lograr finalmente aumentar la producción a 5.000 unidades a la semana.
Y como no podía ser de otra manera, X también recibió estas presiones de Musk que buscaba reducir el tiempo de ejecución de la migración de servidores. Una operación que tardaría hasta nueve meses en hacerse. Pero Musk con la frase "tenéis 90 días para hacerlo" y el sacrificio del equipo hizo que en dos semanas más tarde estaba todo completado.
Al final estamos ante una política que es realmente compleja para todos los empleados que llegan hasta sus propios límites. Pero como vemos, los resultados han hecho que Musk tenga un gran éxito a sus espaldas con sus principales empresas.
Imágenes | ian dooley Steve Jurvetson
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