Seguro que alguna vez has oído de la polémica que suele llevar aparejado cantar en público el ya tradicional Happy Birthday, una canción tan famosa como controvertida que, cada año, genera cientos de ingresos en concepto de derechos de autor. Sin embargo, esto podría estar a punto de cambiar pues, según Ars Technica, la productora Warner/Chapell Music estaría dispuesta a pagar 14 millones de dólares (unos 12,3 millones de euros al cambio) para acabar con un litigio que ya dura décadas.
La entidad se enfrentaba a una demanda colectiva impuesta en 2013 por un grupo de artistas y directores de cine que llevaban a cabo un documental sobre la canción; un documento en el que la acusaban de haber estado cobrando durante más de 80 años por “algo que no le pertenecía”. La suma se repartiría entre todos aquellos que hubieran pagado por ella desde 1949 y la canción pasaría a ser de dominio público.
El polémico Happy Birthday
Así y aunque la melodía de la canción había sido inicialmente atribuida a Mildred y Patty Hill, esta última una profesora de preescolar de finales del XIX (por cuyos derechos Warner habría pagado 22 millones de dólares), los demandantes afirmaron que el origen de la melodía se remontaba mucho más atrás y que la autoría no aparecía debidamente acreditada a estas hermanas.
De esta manera y después de que este pasado septiembre el juez de distrito de los EUA, George King, desestimase la reclamación de Warner sobre el copyright, la compañía se ha visto obligada a buscar una solución. Un acuerdo que presentó este mismo lunes ante un tribunal federal de Los Ángeles y que le ahorraría ir a juicio (con los riesgos que eso implicaría).
Respecto a la compensación económica, aquellos que pagaron antes de 2009 recibirían solo un 15% del importe, mientras que a quienes lo hicieron después se les reembolsaría la cantidad completa. En todo caso y aunque ambas partes están de acuerdo, habrá que esperar a la vista del 14 de marzo para conocer el resultado del proceso.
Otros casos similares
Al margen de lo dicho, no podemos evitar preguntarnos acerca de otras de las canciones más lucrativas de la historia; un ranking en el que cuelan White Christmas (1940) de Irving Berlin –con unos ingresos de 32 millones de euros-, You’ve Lost That Lovin’ Feelin (1964) de Barry Mann –y 28 millones de recaudación-, Yesterday (1965) de Los Beatles –y 26,5 millones-, y Unchained Melody (1955) de Alex North & Hy Zaret – y 24 millones de euros-.
Le siguen Stand By Me (1961) de Ben E King –y 23,8 millones-, Santa Claus is Coming to Town (1934) de Gillespie –y 22 millones-, Every Breath You Take (1983) de The Police –con 18 millones-, Oh, Pretty Woman (1965) de Roy Orbison –que se ha hecho con 18 millones-, y The Christmas Song (1944) de Mel Torme -con unas ganancias estimadas de 16,7 millones de euros-. Dicho lo cual, parece que la clave del éxito reside en escribir canciones sobre el paso del tiempo y el amor, las navidades, y en conseguir introducirla en una película.
Asimismo, Happy Birthday no es tampoco la única canción que ha pasado por el jugado sino que, en nuestro país, por ejemplo, hallamos algunas como Democracia su puta madre, Fabrichor, A la lima y al limón, Búscate un hombre que te quiera y El amor, que también lo han hecho. La primera de ellas le valió a Pablo Hasel ser condenado por apología al terrorismo, mientras que a La Banda del Tuerto le tocó indemnizar al empresario Vicente Villar, por lesiones a su honor.
Otras obras tremendamente controvertidas han sido Sympathy for the Devil de los Rolling –en la que se les acusó de culto al diablo, Stairway to Heaven de Zeppelin –también se pensó que contenía un mensaje satánico-, Jeremy de Pearl Jam –inspirada en el suicidio de un joven-, Angel of Death de Slayer–acerca de los experimentos de Mengele en Auschwitz- y más.
En Genbeta | Esto es lo que la Unión Europea le depara a los Derechos de Autor
Imágenes | Pixabay
Ver 6 comentarios