Hay funciones a las que se les saca muy poco partido y la del reemplazo de texto es una de ellas, no tengo pruebas, pero tampoco dudas. Está presente en iPhone, en mi Mac y también las vas a encontrar en Windows y Android, pero normalmente cuando hablo de lo útiles que me resultan este tipo de aplicaciones, normalmente me quedo sola.
Y eso que soy de (y me muevo en) la generación del xfa, pq y tkm, tres abreviaturas que comenzamos a escribir en los SMS de nuestra adolescencia y que algunas personas han arrastrado hasta nuestros días en diferentes escenarios, algunos de ellos más vergonzosos si cabe. De hecho, más allá del escarnio, nos pueden ayudar a ahorrar bastante tiempo a lo largo del día tanto en escrituras personales como profesionales: aquí tienes los mejores usos que le doy a las aplicaciones de reemplazo de texto.
Reemplaza texto para ir más rápido y seguro
Como adelantaba en la intro, todo comenzó con mis hábitos de los SMS trasladados a las aplicaciones de mensajería y por ende y comodidad, incluso a los emails, donde por rapidez en ocasiones escribía pq, telf, xo o xfa, que convenientemente cambié por porque, teléfono, pero y por favor. Aquí va mi primera utilidad: transformar mis abreviaturas informales en las palabras correctas.
Pero podía cambiar mi sempiterno pq por un porque, también podría cambiar algunos typos habituales en mi como muerda por mierda (no estoy orgullosa de esto, pero escribo bastante más la segunda). Y esta es la segunda, restringida a mi móvil: evitar mensajes mal enviados fruto de mis errores más comunes escribiendo en el teléfono. Aquí lo dejo, porque no será ni la primera ni la última vez que alguien se despide en un email con Un salido y bueno, esto con una app de reemplazo de texto no pasaría.
Aunque el punto anterior resulta de lo más útil, en realidad puede que de vez en cuando quieras escribir muerda, motivo por el cual en mi teléfono solo lo tengo con muerda y olaya (no conozco a ninguna olaya, pero sí que voy mucho a la playa). Pero hay otras cosas que sí que escribo unas cuantas veces. Concretamente, una de las que se lleva la palma es mi email. Aquí la idea es buscar una palabra para invocar la sustitución que no sea una palabra estándar y que seas capaz de recordar, en mi caso fue imeil. El correo electrónico es el candidato perfecto para la sustitución y si como yo, tienes varios, seguí este consejo de Javier Lacort y a @@ lo usé para el correo profesional y @@@ para el correo secundario.
¿Cuántas veces podemos llegar a rellenar formularios o fichas con nuestra información personal? Unas cuantas, tantas que decidí que lo siguiente sería añadir mi número de teléfono móvil con la regla Lacort, es decir, al introducir la palabra mitel.
También el DNI viene de lujo, así que después de picar la palabra midni, el texto se convierte por arte de magia en mi número del DNI, letra incluida. Tanto en el DNI como en el teléfono o el email hay otra variable más además de ahorrar tiempo: escribirlo correctamente.
Pero si hay algo que escribo veces y veces, es mi nombre completo, con segundo nombre y dos apellidos: lo que antes eran casi 30 caracteres, ahora se apaña con cuatro: erdl.
Hay una combinación de letras y números que no escribo tan a menudo, pero que por su extensión y dificultad de recordar me gusta tener guardada para momentos como configurar un dispositivo conectado (algo que probando gadgets como robots aspiradores se hace más de lo que parece): la contraseña del Wi-Fi, que aparece cuando tecleo wwifi.
Fórmulas de apertura de comunicaciones. Otra tarea muy habitual en mi trabajo es la escribir emails solicitando información, pero hay frases comunes en todos ellos. Como uso aplicaciones de reemplazo de texto estándar y no dinámicas (como por ejemplo TextExpander o aText), lo que hago es reservar el primer Hola, Fulanita para escribirlo yo misma en función del grado de confianza, de si conozco el nombre o de si me dirijo a algo desconocido, pero después preseva devuelve algo como ¿Qué tal? Espero que todo bien. Lo primero de todo, me presento: soy Eva Rodríguez de Luis, editora de Xataka. Aunque he intentado estandarizar la despedida, a veces me vale con un Un saludo, otras con un Vamos hablando, un saludo o Gracias de antemano, un saludo.
Portada | Foto de Glenn Carstens-Peters en Unsplash
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