Si bien resulta obvio que la popularización y desarrollo de Internet ha abierto ante nosotros un mundo de posibilidades prácticamente infinito, lo cierto es que, a menudo, este compendio de referencias puede resultar excesivo. Así, si llevamos a cabo una búsqueda concreta, tratamos de contrastar determinadas informaciones o saber más sobre un tema muy específico, nos topamos con una sobre-abundancia de datos que puede complicarnos la existencia a la hora de discernir cuáles de ellos son los más fiables. Por fortuna, hoy te contamos cómo lograrlo.
Fuentes oficiales
De esta manera, para ir más allá de la mera apariencia y verosimilitud –recuerda que en la red tiene la posibilidad de escribir cualquiera- existen una clase de recursos, herramientas y trucos que deberías poner en marcha. Para empezar, decántate siempre por las fuentes originales.
Por ejemplo, si en una noticia se incluye un dato sobre un informe completo pero no se incorpora el enlace correspondiente, deberías sospechar. En primer lugar desconocemos la vigencia de este supuesto “reciente” o “nuevo” estudio y, en segundo, la fuente puede ser interpretada de múltiples modos. Así que búscala. Ocurre lo mismo con las referencias a determinados medios internacionales, estadísticas y similares.
Buscadores Académicos
Como comentábamos y a pesar de que es posible encontrar cantidades ingentes de información de todo tipo, existen determinadas ocasiones en que no podemos permitirnos, bajo ningún concepto, que nuestras fuentes se cuestionen. Es el caso de los trabajos de investigación, en los que comprobar cada dato resulta básico.
Ahora bien, encontramos una serie de buscadores especializados de los que ya te hemos hablado, que harán las delicias de la comunidad científica y que incluyen herramientas como ERIC - patrocinado por el Instituto de Ciencias de la Educación del Departamento de Educación de Estados Unidos, iSEEK –centrado en los recursos propios de las universidades, organismos no comerciales, entes administrativos y demás- y un largo etcétera que puedes ampliar en nuestro artículo 19 buscadores académicos que todo investigador debería conocer.
Expertos en la materia
Aunque, a priori, puede parecer complicado contactar con un experto en la materia que quiera y pueda explicarnos el asunto que tratamos con conocimiento de causa, LinkedIn y otras plataformas similares nos han puesto las cosas más fáciles. Sí, porque estas herramientas nos permiten dirigirnos a distintos profesionales.
Asimismo, que contactes con ellos no deja de ser algo halagador, pues se les está reconociendo su condición y méritos. Sé amable, paciente, identifícate siempre y pregunta con educación sobre el tema que estás investigando. Merece la pena y te llevarás una grata sorpresa.
Reportaro (que actúa en España y América Latina) también te servirá, pues se trata de una aplicación que pone en contacto a periodistas y blogueros con expertos y fuentes personales de manera gratuita. Eso sí, dispone de varias versiones Premium que, si bien amplían la información, no resultan especialmente baratas.
Revistas y medios especializados
Para encontrarlos, acude a páginas y servicios como Google Académico, Microsoft Academic Search, RefSeek, ERIC, y otros. Acuérdate –siempre que tengas la opción- de seleccionar el tipo de documento que quieres encontrar, sé concreto y sírvete de símbolos como ~ para incluir sinónimos en tus búsquedas, así como de herramientas como la RAE y su Diccionario Panhispánico de Dudas para las definiciones. Otra página que pueden serte de ayuda es Wordreference, que te permitirá encontrar sinónimos más exactos que se ajusten a tus objetivos.
Tampoco dejes de lado Google News que, si bien ha quedado ciertamente limitado en nuestro país, te servirá para dar con artículos actuales sobre el tema que vas a tratar, organizarlos según su fecha de publicación, y demás. Además, estos escritos te serán de utilidad a la hora de formarte una idea de lo que opina la comunidad internacional. Y si no sabes idiomas, siempre puedes servirte del traductor para hacerte una idea general.
Reputadas multinacionales
Para que te hagas una idea, si lees acerca de que una multinacional o gran empresa ha logrado determinados resultados en la bolsa, ha presentado ciertas novedades, etcétera; lo más apropiado será que acudas a su página. La mayoría de ellas, de echo, cuentan con kits de prensa, un blog específico en el que recaban sus últimas noticias e iniciativas, y similares.
Legislación
En caso de dudas y a pesar de que consultes con un abogado, es recomendable que verifiques lo que dice a través de los diferentes códigos civiles y penales del correspondiente país, reglamentos, normas y demás con el objetivo de cerciorarte de que los datos que te han brindado son ciertos. Para lograrlo bastará con que acudas a las webs estatales que se correspondan con el asunto que abordas.
Además, en ellas se suelen incluir estadísticas, gráficos y otros recursos. Indaga en la estructura de las administraciones, ayuntamientos, órganos gubernamentales y otras instituciones relacionadas con el tema de interés. En ocasiones estos sitios no resultan intuitivos. Ten paciencia y sigue indagando hasta dar la respuesta adecuada a tus dudas. Y ahí va un truco sencillo: ponte en contacto con ellos mediante el teléfono de atención, en muchas ocasiones es la opción más ágil.
Bibliotecas online
Las referencias bibliográficas de calidad tampoco resultan fáciles de lograr. Por fortuna, nos topamos con una serie de bibliotecas online que te permitirán agilizar esta ardua tarea. Entre ellas nos quedamos con The Free Library, Gallica y Questia, aunque su variedad es amplia.
Para que te hagas una idea, esta primera consiste en un catálogo de recursos online; un sitio que contempla varios ámbitos técnicos –como la salud, el derecho, la comunicación, los negocios, etcétera- y que contempla desde boletines recientes hasta noticias vigentes publicadas en revistas y periódicos especializados.
Respecto a Gallica, nos brinda la oportunidad de revisar libros enteros y reúne más de 1 millón de referencias organizadas por categorías (libros, mapas, prensa, distribuidores, etcétera). Questia, por su parte, se trata de una biblioteca multilingüe con más de 77 mil libros completos de hasta 300 editoriales distintas, artículos de revistas especializadas y demás. Cuenta con un acceso privilegiado a fuentes originales y dispone de filtros de búsqueda con diversos campos que te serán de utilidad.
Redes sociales y comunidades específicas
No obstante chirriar a prior, las redes sociales y determinadas comunidades resultan de utilidad en casos muy concretos. Y no nos estamos refiriendo a foros en los que cualquier mindundi insulte, vilipendie o tergiverse los datos, sino a entidades de la talla de Reddit y similares. En cuanto a los foros y blogs, constituyen un excelente punto de partida, pero no olvides contrastar lo que se dice.
Asimismo, Twitter también resulta de gran ayuda a la hora de determinar determinadas tendencias, y averiguar la opinión real acerca de un acontecimiento o polémica actual. Tal es así que, ya en 2011 se afirmaba que casi la mitad de los periodistas usaba la plataforma de microblogging para mantenerse informado. Además, los comentarios y seguimientos durante presentaciones y directos son muy útiles.
Trucos
Al margen de lo comentado, no podemos dejar de lado algunos consejos a la hora de encontrar información como un auténtico profesional. Por ejemplo, sírvete de los llamados operadores booleanos –AND, NOT, OR- para llevar a cabo búsquedas más complejas, excluir o integrar determinados resultados, etcétera.
Asimismo, puedes tener en cuenta otra serie de rasgos para identificar la veracidad de la información online como, por ejemplo, comprobar siempre la vigencia del artículo o legislación consultados, ponerse en contacto con un conocido que entienda de la materia (trabaje en el sector o similares, no hace falta que acudas a LinkedIn si un familiar o amigo es especialista, ¿no crees?), buscar más datos sobre el autor (consultar su trayectoria, autoridad y credenciales), e investigar sobre el método con el que se ha conseguido la información que se cita.
Otras cuestiones que no deberías perder de vista es si la información se ha actualizado, si resulta objetiva o se trata de una mera opinión sesgada, así como el nivel de profundidad del contenido (incluso su presentación), el propósito con el que ha sido escrito, su concreción y precisión, y su relevancia respecto de nuestro “objetivo”.
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