WhatsApp ha decidido denunciar a NSO Group, una compañía de seguridad con base en Israel, y les acusan de inyectar malware en más de 1.400 smartphones a través del conocido servicio de mensajería.
El pasado mes de julio ya conocimos algunas acusaciones vertidas sobre NSO Group, una empresa responsable del desarrollo de Pegasus, spyware con que el (supuestamente) hackearon a Jeff Bezos.
NSO Group "cuestiona" estas acusaciones
En aquel momento ya se hablaba de que disponían de tecnología capaz de acceder a información de los servidores de Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft, a través de un teléfono móvil.
WhatsApp, compañía que pertenece a Facebook, acusa a NSO Group de precisamente instalar malware mediante su servicio para así espiar a los propietarios de los dispositivos.
En el expediente judicial vemos como WhatsApp asegura que, al no ser capaces de romper el cifrado de extremo a extremo del servicio, decidieron utilizar código malicioso para poder acceder a la información.
Will Cathcart, director ejecutivo de WhatsApp, declaró al Washington Post que NSO Group atacó hasta a 100 abogados de derechos humanos, periodistas y altos funcionarios del Gobierno. Eso podría significar que los 1.400 afectados no fueron mera casualidad y que podría tratarse de una estrategia muy bien diseñada.
Algunos usuarios recordarán que el pasado mes de mayo WhatsApp lanzó un parche para acabar con una vulnerabilidad que permitía a los hackers instalar malware a través de una llamada de voz a través de la app.
Por su parte, la compañía israelí envió un comunicado a TNW, en el que cuestionan las acusaciones de WhatsApp y afirman que tomarán medidas contra cualquier uso indevido de su servicio:
"En los términos más enérgicos posibles, cuestionamos las acusaciones de hoy y las combatiremos enérgicamente.
El único propósito de NSO Group es proporcionar tecnología a organismos gubernamentales de inteligencia y de aplicación de la ley, con licencia para ayudarles a combatir el terrorismo y los delitos graves.
Nuestra tecnología no está diseñada ni autorizada para su uso contra activistas de derechos humanos y periodistas. Ha ayudado a salvar miles de vidas en los últimos años".