El año pasado, China impidió que 17,5 millones de billetes de avión fuesen comprados por personas con insuficiente "crédito social" en el polémico sistema establecido por las autoridades gubernamentales chinas.
Esta cifra forma parte del informe anual publicado por el Centro Nacional de Información de Crédito Público de China. Según informa AP, a otros ciudadanos chinos se les prohibió 5,5 millones de veces la compra de de billetes de tren. ¿La razón? La misma: tener una baja puntuación en este método de puntaje ciudadano por causas que van desde el impago de impuestos o multas a sanciones impuestas por haber paseado un perro sin correa.
A pesar de que en octubre de 2017 fue cuando nos enteramos de la implantación de este sistema y hace casi un año supimos cuándo iban a entrar en vigor las primeras restricciones a "personas no confiables", las que tienen una baja puntuación, China lleva experimentando con el "crédito social" desde 2014.
"Mejorando el comportamiento público"
El Partido Comunista de China defiende la implantación de este sistema de puntuación de la ciudadanía del país —a lo Black Mirror— con sanciones y recompensas porque, aseguran, "mejorará el comportamiento del público".
Al otro lado, activistas en pro de los derechos humanos alertan de que el "crédito social" impuesto en China puede llevar a que las personas seas injustamente incluidas en listas negras sin su conocimiento, imposibilitándoles así la opción de restaurarlo, si ello fuese posible.
El informe Centro Nacional de Información de Crédito Público, sin embargo, saca pecho de sus supuestos efectos. Asegura que el sistema ha logrado que 3,5 millones de personas "cumplan voluntariamente con sus obligaciones legales". Destacan, entre todas ellas, que 37 personas pagaron un total de 150 millones de yuanes (unos 22 millones de dólares) en multas o sanciones atrasadas.
Asimismo, en 290.000 ocasiones se bloqueó la ocupación de puestos de alta dirección o la responsabilidad de actuar como representantes legales de una empresa a ciudadanos marcados negativamente por el sistema, aunque no se concreta el número concreto de afectados.
El "crédito social" chino no se aplica todavía en todo el país, aunque las autoridades pretenden que un sistema similar funcione a nivel nacional el año próximo, en 2020. Aunque no se ha concretado cómo funcionará. Esta es una de tantas iniciativas de control sobre la población basada en tecnología que emplea el Gobierno de China.
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