Crecer mola. Empezar siendo una compañía pequeña con un concepto novedoso y acabar, cinco años después, siendo una red casi imprescindible en la era de la información con más de 200 millones de usuarios y 200 millones de tweets al día, también. Pero lo malo de tener un crecimiento tan asombroso es que te fías de que esa base de usuarios tan grande ya es suficiente.
No hace falta explorar mucho para buscar un precedente: todos conocéis la compañía de teléfonos Nokia. Hace unos años, eran los líderes indiscutibles del mercado móvil. Se confiaron, dejaron de innovar, perdieron el rumbo y ahora están dando bandazos, con unos resultados bastante malos. Sin innovación, durmiéndote en los laureles, acabas mal.
Y a Twitter le está pasando algo bastante parecido ahora mismo. Para poder entenderlo mejor, veamos primero un poco de la historia de la red social.
Comunicación instantánea, sencilla y simple: el principal valor de Twitter
La principal razón por la que Twitter ha triunfado es porque introdujo una nueva forma de comunicarse y de transmitir información. Hasta entonces, las principales formas de comunicarse en Internet eran los blogs (incluyendo aquí las páginas de noticias convencionales), el correo y la mensajería instantánea. Twitter rompe con ello y crea algo nuevo: comunicación instantánea y efímera, muy fácil de usar, y basada en piezas muy simples: los tweets, pequeñas piezas de texto de no más de 140 caracteres.
De esta forma, Twitter facilitaba muchísimo el flujo de información. Más rápida que los blogs, más simple que el correo y con un alcance mayor que la mensajería instantánea. Además, el hecho de que fueran sólo 140 caracteres convertía la creación y redifusión de tweets en algo extremadamente rápido.
Twitter se ha consolidado no como una red social, sino como una red de información. Los artículos, las noticias, las imágenes y vídeos, las retransmisiones en directo, viajan por Twitter a una velocidad increíble. Información efímera, sí, pero que llega a miles de personas en minutos. Este es el principal poder de Twitter.
¿Qué ha hecho Twitter para mantener ese valor? Implementaron los hashtags para seguir temas concretos. Facilitaron la conversación con los replies, y simplificaron la redifusión de tweets con los retweets nativos. Y ya.
A lo largo del tiempo, a Twitter le ha crecido un ecosistema gigantesco. Miles de aplicaciones, ya sean clientes de Twitter o herramientas integradas, como Twitpic o PicPlz, han aprovechado la API de Twitter para ofrecer nuevas funcionalidades a los usuarios. Así, daba la sensación de que Twitter era un servicio en constante evolución, y siempre rodeado de innovación. Pero no. Twitter se ha dormido.
¿Qué ha hecho Twitter últimamente? Casi nada relevante
Si exploramos los movimientos de Twitter del último año más o menos, vemos que no ha hecho nada que merezca realmente la pena. Sí, han rediseñado su sitio totalmente. Sí, han mejorado la integración de contenidos multimedia. Han mantenido más o menos las aplicaciones oficiales para varios sistemas. Se han aliado con Apple para integrarse con Ping y con iOS. Incluso han comprado TweetDeck. ¿Y?
El rediseño no ha estado mal, pero tampoco ha sido nada del otro mundo: el cliente web de Twitter sigue siendo bastante peor que aplicaciones como TweetDeck, Hootsuite o Seesmic, por poner sólo tres ejemplos. Lo mismo pasa con las aplicaciones oficiales: las han mantenido ahí, pero tampoco se puede decir que sean las mejores de su clase. Y la alianza con Apple no ha sido gran cosa: Ping ha resultado prácticamente un fracaso, y la integración con iOS no pasa de ser cuatro botones para compartir. Y de la compra de TweetDeck ni hablamos: dos meses después ni siquiera hay rumores de lo que pueda hacer Twitter con este cliente.
Twitter sigue prácticamente igual desde hace demasiado tiempo. No hay cosas nuevas, no hay cambios de concepto. Ni siquiera han logrado encontrar un modelo de negocio que les dé rentabilidad: parece que lo de los contenidos promocionados no está teniendo demasiado éxito.
Sé que puede parecer que me he vuelto criticón, y que en realidad Twitter sí ha hecho cosas. Por eso, vamos a comparar con servicios que todos conocéis. Facebook, por ejemplo, en el último año, ha incluido los chats de vídeo, un nuevo sistema de mensajes personales, su servicio de geolocalización Places, Deals... Y si no queréis mirar a una red social, miremos a Gmail por ejemplo: a pesar de ser un cliente de correo que se supone tiene menos espacio para la innovación, ha incluido un sistema de clasificación de correos por importancia y etiquetas inteligentes.
Siempre hay espacio para renovar un servicio e incluir nuevas características. Aunque la simplicidad de Twitter hace que sea difícil cambiar algo sin cargarse su esencia, siempre hay problemas que atajar y nuevas ideas que implementar. Twitter se ha limitado a seguir con lo que ya tenía, sin preocuparse especialmente por innovar.
¿Y ahora qué? Es hora de despertar
Los usuarios llegaron inicialmente a Twitter por un concepto muy novedoso. El efecto red y el ecosistema de aplicaciones alrededor de Twitter han hecho el resto. No se puede decir que la empresa haya hecho demasiado para mejorar la red, ni por atraer a nuevos usuarios. Se han estado aprovechando de las rentas de ese concepto de comunicación rápida, y han dejado de lado la mejora del producto. Hasta ahora les ha ido bien así porque no tenían competencia seria.
Pero ahora sí que tienen un serio competidor: Google+. A pesar de que en un principio se enfrentaba a la nueva red de Google con Facebook, es con Twitter con quien más está chocando. Hay varias razones para decir esto: la primera es el sector de usuarios. Tanto en Twitter como en Google+ predominan los usuarios más tecnológicos (obviamente, más en Google+ que en Twitter). A la red del pájaro todavía no ha llegado la mayoría de usuarios normales, como sí lo ha hecho a Facebook o Tuenti. Y lo malo de este tipo de usuarios es que son (somos) bastante más flexibles a la hora de probar sitios nuevos y trasladarnos ahí.
También hay otro problema: Google+ ofrece el mismo tipo de comunicación que Twitter. Instantánea, simple y sencilla. Redifundir los contenidos es casi más sencillo que en Twitter. Crearlos también es igual de rápido, pero con la ventaja de que podemos hacer un contenido más rico. No es difícil de usar, y también apuesta por el tiempo real y los contenidos instantáneos.
De hecho, la única característica de Twitter que Google+ no tiene son los hashtags, que seguramente veremos incluidos dentro de poco. Por lo demás, Google+ tiene todo lo que tiene Twitter, pero mejor. En cuanto saquen la API y empiecen a aparecer aplicaciones, Twitter lo tendrá todavía más crudo.
Twitter se ha mantenido pasivo viendo cómo todo crecía sin hacer nada. Hasta ahora ha vivido del efecto red, tanto de usuarios como de aplicaciones. Pero ese efecto red puede perder fuerza rápidamente (entendámonos, no digo en días pero sí en unos meses), sobre todo si tiene ante sí a un gigante como Google poniendo toda la carne en el asador con Google+.
Así que sí, ya ha llegado la hora de despertar. Twitter tiene que poner en funcionamiento toda su maquinaria para diferenciarse de Google+. Tiene que evolucionar, introducir mejoras de verdad en el servicio y cambiar la experiencia de usuario, pero sin perder su esencia. Además, tiene que potenciar que los grandes generadores de contenido (sitios de noticias, periódicos, redes de blogs…), a los que no ha dado prácticamente ningún apoyo, usen la red para difundir sus contenidos. Y también tiene que buscar un modelo de negocio que le dé rentabilidad sin molestar demasiado a los usuarios. No es nada fácil pero no es imposible, y Twitter tiene la capacidad de hacer esto y más. Esperemos que se decidan a hacerlo y sigan siendo una red puntera y a la cabeda del mundo social en Internet.
Imagen | Rosaura Ochoa | eldh
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