Instagram quiere una plataforma limpia y controlada, y a partir de ahora pondrá especial atención a la actividad generada no por personas, sino por aplicaciones de terceros con acceso a las cuentas, según un comunicado. Estas apps tienen el objetivo de, mediante ‘Me gusta’, seguimientos y mensajes falsos, hacer crecer la base de followers de quien las utiliza, sin que sea necesario un esfuerzo manual. Es frecuente y común verlas incurrir en prácticas de SPAM.
Instagram identificará las cuentas que utilizan esas aplicaciones mediante aprendizaje automático, tanto en detección como en la eliminación de la actividad que viola las Normas Comunitarias y Condiciones de Uso de Instagram.
El control a tiempo es una victoria
Una de las partes más preocupantes del asunto es que para operar, como es lógico, las aplicaciones que generan contenidos falsos necesitan acceder al nombre de usuario y contraseña de los usuarios en nombre de quien generan actividad. Resulta muy chocante que esto pueda darse en la era en que el caso de Cambridge Analytica ha hecho a los usuarios replantearse usar Facebook, pues el acceso a todos los datos y el control otorgado no es que sea mayor en este caso, sino que es total.
Por ello, Instagram enviará un mensaje dentro de la aplicación a las cuentas que usen estas aplicaciones, informando de la eliminación de contenidos. En ese sentido, también pidiendo a los usuarios que cambien de contraseña para revocar el acceso de terceros.
Aquellos usuarios que continúen usando las aplicaciones pese a los avisos, pueden ver limitada su experiencia en Instagram, como ciertas funciones denegadas. El contenido falso de Instagram de momento no era muy molesto, pero ver a la red perder personalidad en el mismo sentido que Facebook se llenó de clickbait es algo que la empresa no desea, pues es fácil ver bajar los tiempos de actividad en una plataforma que, por otra parte, permite anuncios sobre formas de comprar seguidores.
En los últimos tiempos, Facebook asegura haber eliminado 7,8 millones de fotos sobre pornografía infantil con una inteligencia artificial, o 583 millones de cuentas falsas en el primer trimestre. Ahora es el turno de Instagram, donde la salud todavía parece controlable.
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